Federico de Dinamarca y su novia, Mary Donalson, llegaron al palacio de Graasten para pasar unos días de vacaciones junto a los Soberanos daneses. Aún así, todavía no se ha podido ver la esperada imagen de la Reina y la novia del Príncipe juntas, como tampoco, y no menos esperada, presentación oficial de Mary a la Familia Real.
El heredero al trono y su novia han pasado el verano en Skagen junto a buena parte de la jet danesa antes de llegar a Graasten; unas románticas vacaciones en las que Mary ha demostrado, una vez más, por su comportamiento y dulzura, que está totalmente preparada para ser la Princesa. Los daneses lo saben y se impacientan ante la no presentación de la señorita Donalson, máxime cuando los novios se han demostrado amor y complicidad durante casi tres años, y ella se ha ganado una gran simpatía por parte del pueblo.
A su llegada, pues, Mary dedicó la mañana a montar a caballo, disfrutando de los bosques de alrededor de Palacio, aprendiendo de la mano de Ole Mortesen -amigo de la Familia- a ser una gran amazona, saludando a niños de parvulario con un excelente danés, lo que le hace ganar más puntos aún si cabe ante los ciudadanos. Mientras esto sucedía, Federico preparó un rápido viaje a su casa de Amalienborg para recoger algunas cosas, ya que se tenía que preparar para el Campeonato de Dinamarca de vela, que se celebra en Aarhus y donde también participa el príncipe Enrique.
Ya por la tarde llegaron a Palacio el príncipe Joaquín, la princesa Alejandra, el príncipe Nicolás y el príncipe Félix; para este último la reina Margarita celebró una fiesta de cumpleaños.
