El príncipe Joaquín de Dinamarca, segundo hijo de la reina Margarita, y su esposa, la princesa Alexandra (de soltera Alexandra Manley), forman, tras siete años de matrimonio, una de las parejas más simpáticas, más felices y más compenetradas de la realeza europea, y hoy vienen a nuestras páginas en unas familiares escenas, junto a sus hijos, el príncipe Nikolai, que tiene tres años, y el príncipe Félix, nacido el pasado mes de agosto.
Joaquín y Alexandra han posado en el entorno familiar del palacio de Schakenborg, su residencia, sito en la península de Jutlandia, adonde se trasladaron a vivir tras su boda celebrada el 18 de noviembre de 1995 en el castillo de Fredensborg. Cabe recordar que, con ocasión del enlace, el palacio de Schakenborg fue restaurado por suscripción nacional (se recaudaron más de un millón y medio de euros) para que la joven pareja estableciera en él su residencia.
Vida hogareña Hoy el príncipe Joaquín, todo un experto en agricultura, administra la propiedad que rodea el palacio. Por su parte, la princesa Alexandra, que amadrina la asociación de Voluntarios sin Fronteras de Dinamarca, ha sabido ganarse desde el primer momento el cariño de sus conciudadanos.
Salvo cuando tienen compromisos oficiales, Joaquín y Alexandra llevan una vida eminentemente hogareña, muy directamente pendientes de sus hijos, a los que intenta inculcar, ya desde muy pequeños, el amor por la Naturaleza. Las imágenes de este reportaje son, en síntesis, las de una joven pareja a la que les encanta estar el mayor tiempo posible con sus hijos, con los que juegan tanto en casa como en los preciosos jardines que rodean Schakenborg.
