Fabiola y Balduino: una historia de amor que sorprendió a todos

by hola.com

Tres fueron las décadas Fabiola vivió junto a su marido, el rey Balduino. Ella fue la mayor fuente de alegría para el Soberano más "triste" de las Cortes europeas. Una tristeza que, sin embargo, podía ser fácilmente explicada siguiendo el curso de los sucesivos acontecimientos que marcaron su infancia y su juventud: la muerte trágica de su madre, Astrid; la guerra, la deportación, el exilio, las campañas calumniosas contra su padre y su acceso al trono en 1951 cuando tenía tan sólo 20 años... Un hecho que cambiara la historia reciente de la Nación belga y por supuesto su vida...

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Un trono para el que no había sido preparado y una Reina española

En el año 1950, meses después del plebiscito sobre el Estado (una votación popular que devolvió la Corona a la Familia), el entonces Príncipe Balduino regresa a Bélgica para asumir las riendas de un reino. De un trono para el que no había sido preparado y en el que, aún soplando muchos vientos en su contra, se movió con seguridad y aplomo. Ejemplos: en 1957, Bruselas se convierte en la capital de la CEE; en 1960, se independiza el Congo; en 1962 ganan la independencia Ruanda y Burundi y en 1977, se fragua la creación de tres Regiones federales: Bruselas, Flandes y Valonia. Balduino vive para gobernar su reino, trabaja sin descanso y los belgas empiezan a preguntarse: ¿Para cuando una Reina, un descendiente?... Durante un año mantienen Balduino de Bélgica y Fabiola su relación en secreto. Se ven ante la Virgen de Lourdes, en rincones ocultos y siempre ‘disfrazados de modestia’ -coches pequeños, ropa discreta, hoteles de poca categoría- hasta que, en el año 1960, anuncian su compromiso y boda dejando a Europa boquiabierta.
Nunca fue revelado el nombre de la persona que los presentó aunque su historia de amor fuera contada al mundo de mil maneras distintas, pero sí se supo con el paso de los años que Ávila fue el seudónimo que el Rey le puso a su novia Fabiola por ser ésta la ciudad natal de Santa Teresa.

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Asistentes a la boda

De izquierda a derecha: Carmen Franco con Cristóbal Martínez-Bordiu; La entonces princesa Paola de Bélgica seguida por la princesa Margarita y Anthony Armstrong-Jones; el Gran Duque Juan de Luxemburgo y su esposa, Josefina Carlota acompañados del príncipe Alexander de Bélgica durante la recepción previa a la boda ofrecida por el consulado español en Bélgica

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"... Nuestro corazón estaba así más libre..."
Balduino y Fabiola se casan en Bélgica y los españoles, por primera vez, pueden ver la transmisión de una ceremonia por televisión... Fue el 15 de diciembre de 1960

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Con el paso de los años se demuestra que están hechos el uno para el otro, aunque no se hayan visto recompensados con la gracia de los hijos. Un hecho doloroso al que el propio Rey hizo referencia diciendo: "Nos hemos preguntado por el sentido de este sufrimiento: poco a poco hemos ido comprendiendo que nuestro corazón estaba así más libre para amar a todos los niños, absolutamente a todos". El Rey católico y fervientemente creyente fue consecuente con sus creencias hasta el último suspiro. Una vida alimentada por la fe que le llevó, como Soberano de un reino, a vivir situaciones realmente extremas. Tal fue el caso la monarquía por un periodo excepcional (36 horas) para que 1990, cuando Balduino, para no verse obligado a sancionar con su firma la ley de despenalización del aborto -tan en contra de sus creencias-, en el Parlamento Belga, renunció temporalmente a su reinado.  © Gtresonline

En la sala de estar de uso privado del palacio de Laeken donde vivieron juntos. Una imagen cotidiana tomada en 1976 y en la que aparecen sus dos perros, Toffee y Mirko. La reina tuvo que dejar el que había sido su hogar al fallecer su marido, aún así prefirió vivir en Bélgica © Gtresonline
La reina Fabiola siendo testigo de la boda de la princesa Beatriz (futura reina de Holanda) y el príncipe Claus. Padres del actual soberano holandés, Guillermo Alejandro © Gtresonline
Con el paso de los años se demuestra que están hechos el uno para el otro, aunque no se hayan visto recompensados con la gracia de los hijos. Un hecho doloroso al que el propio Rey hizo referencia diciendo: "Nos hemos preguntado por el sentido de este sufrimiento: poco a poco hemos ido comprendiendo que nuestro corazón estaba así más libre para amar a todos los niños, absolutamente a todos". © Getty Images
La reina Fabiola y los milagros del Rey
Española de nacimiento (Madrid 1928), hija de don Gonzalo de Mora y Fernández (segundo conde de Mora y cuarto marqués de Casa Riera), reina de los Belgas (tras su matrimonio con Balduino, en 1960), reina viuda desde 1993, cuando el Soberano deja de existir mientras contempla el mar Mediterráneo en Villa Astrida, Motril (Granada; la villa en la que siempre pasaban sus vacaciones de verano); y, desde siempre, dama de corazón y compromiso con los desheredados del mundo... Aquellos a los que dedicó, junto a Balduino, treinta años de su vida. Miles de desahuciados -niños desheredados, mujeres marginadas, enfermos de sida, ex prostitutas, exdelincuentes- a los que jamás ha renunciado a ayudar por muy terrible que haya sido haberse quedado sola.
 © Archivo ¡HOLA!
La muerte del rey Balduino
El 31 de julio de 1993, durante unas vacaciones en Granada, España, fallece el rey Balduino. Además, su muerte puso de manifiesto, a través de los medios de comunicación, su prestigio internacional. Nunca jamás habían sido representados al máximo nivel -incluida la reina Isabel de Inglaterra- en unos funerales reales todos los países del mundo. Balduino era un rey distinto, el funeral también lo fue, con enfermos de sida, exprostitutas y exdelincuentes, a los que había ayudado, como protagonistas de aquella misa para la que Fabiola, su viuda se vistió de blanco. El color más apropiado para despedirlo para convertir el duelo nacional en un día de gloria y esperanza. Después de la muerte del Rey, habiendo podido regresar a España o haber vivido a caballo entre los dos países no lo hizo a pesar de que su decisión implicara tener que abandonar Laeken, el palacio donde ella y su esposo vivieron durante 33 años. Una decisión respaldada por la profunda fe que alimentó su existencia diaria ya que no había fecha alguna en el calendario en la que ésta no esté comprometida con alguna buena causa... Ya sea a través de la Fundación Rey Balduino... ya sea a través de la suya propia o de cualquier otro organismo benéfico, la Reina viuda vivió exclusivamente para hacer el bien... © Archivo ¡HOLA!