Así han vivido los futuros Reyes de Bélgica las horas previas y posteriores a la abdicación del rey Alberto

Por hola.com

Hace alrededor de tres semanas que el rey Alberto comenzó a anunciar a sus colaboradores más cercanos su intención de abdicar, sin embargo, y lejos de cambiar sus respectivas agendas, la Familia Real belga continuó con su rutina, mientras que los rumores sobre su cesión al trono se ceñían cada vez con más fuerza en torno a Palacio.

 

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Ayer, sin ir más lejos, y horas antes de que el príncipe Alberto se pusiera ante las cámaras para dar a conocer su decisión de abandonar el trono, la princesa Matilde de Bélgica o lo que es lo mismo, la futura Reina de los belgas, cumplía con sus compromisos y acudía en solitario a la finca Massembre te Heer-sur-Meuse, en la provincia de Namur, para realizar una visita a los jóvenes que participan en el campamento de verano "Pura Aventura", organizado por la organización juvenil Kazou Brugge.

Haciendo frente a la lluvia con una gabardina de cuadros gris y un paraguas negro, Matilde se interesó por los la estancia de los cerca de 650 chicos y chicas de 11 a 14 años pasan el verano en compañía de 90 voluntarios, que hacen la función de tutores. La Princesa, quien siempre ha cumplido con mimo con sus apariciones públicas, acudió al campamento Kazou para mostrar su estima por los voluntarios que trabajan para llevar a buen puerto un proyecto de grandes dimensiones como este.

Felipe de Bélgica, quien ayer dejo a su padre todo el protagonismo, ha reaparecido hoy en la que ha sido su primera comparecencia pública desde que ayer se hiciera público el anuncio de abdicación de su padre. El príncipe Felipe ha hecho esta mañana una breve declaración en la que ha manifestado estar listo para suceder a Alberto II en el trono belga.

 

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La breve aparición ante los medios del Príncipe se ha producido en el hotel Radisson Blue de Amberes, donde con total serenidad ha dicho: "Quiero comenzar mi intervención rindiendo tributo al Rey y su trabajo durante veinte años. Soy plenamente consciente de la responsabilidad que voy a asumir. Me esforzaré con todas mis fuerzas. Hasta el 21 de julio”.

El Príncipe, de 53 años, no tiene planeado hacer cambios en su agenda de trabajo de las próximas semanas hasta el ya mencionado 21 de julio, día en el que se convertirá en el séptimo Rey de los Belgas.

Matilde, por su parte, quien como hemos mencionado anteriormente se convertirá en la reina de Bélgica, no será la única reina del país sino que se unirá a Fabiola, que desde el fallecimiento del rey Balduino en 1993 y por decreto real ostenta el título de Reina, así como a la reina Paola, quien por lógica tampoco perderá la categoría de reina después del 21 de julio. A esta curiosa circunstancia se une el hecho de que la futura reina Matilde será la primera Soberana nacida en Bélgica.

Tras la sucesión no se producirán cambios de residencia de los miembros de la Casa Real. Los reyes Alberto y Paola seguirán viviendo en el castillo Belvédère y los futuros reyes Felipe y Matilde en el castillo real de Laken. La reina Fabiola seguirá residiendo en Stuyvenberg, mientras que los otros dos hijos de los Reyes, los príncipes Astrid y Laurent, mantendrán su residencia en, respectivamente, en Villa Schonenberg y Villa Clémentine.

 

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Habida cuenta de que se trata de la primera vez que un Rey belga abdica, no existe por el momento claridad sobre el guión exacto por el que se regirá la abdicación del rey Alberto II y la consecuente entronización del príncipe Felipe. El Gobierno belga trabaja para hacer público el programa en los próximos días.

El rey Alberto asistirá en la mañana del Día Nacional a la misa Te Deum aún como Soberano. Por la tarde, durante el desfile militar, el príncipe Felipe aparecerá ya como nuevo Rey, por lo que la sucesión se debería producir alrededor del mediodía, según Eddy Van den Bussche, Jefe de Protocolo del Ministerio del Interior belga hasta 2008, en declaraciones al diario Nieuwsblad. Todo apunta a que la jura del nuevo Soberano se producirá pues al mediodía del día 21 de julio, en presencia de todos los diputados y senadores.

Se espera que el rey Alberto firme un acta de renuncia al trono, y que, de forma inmediata, el príncipe Felipe jure como Rey. "Esto ocurrirá en una ceremonia oficial, que el Gobierno tendrá que diseñar", según Van den Bussche.