Un nacimiento cambia la vida de muchos y es motivo de alegría para todos. La inmensa felicidad por la llegada de un nuevo miembro a la familia no sólo abraza a los padres, también a hermanos, abuelos, tíos, primos y padrinos. Todos sienten la misma emoción por esa nueva vida que sale a su encuentro, pero, superada la edad de los celos, son los niños los más ilusionados porque supone un nuevo hermano o primo con el que jugar. Por eso, los primeros que acudieron al hospital para conocer a la recién nacida fueron sus hermanos mayores, los príncipes Elisabeth,Gabriel y Emmanuel, los tres muy conjuntados con jerseys de color teja y pantalones vaqueros.
Después de que visitara ayer por la mañana durante un hora a su mujer y a la pequeña Eleonor en el centro médico, el recién papá, el príncipe Felipe, se dirigió al colegio a recoger a sus hijos, quienes estaban entusiasmados con la idea de volver a ver a su mamá y de conocer a su nueva hermana. Aproximadamente a las 12:30 del mediodía, llegó el Heredero con sus tres vástagos al hospital. El Príncipe fue recibido con un aplauso en el recibidor hospitalario y, además, una admiradora le regaló unos ositos de peluche para la princesa Eleonor. No obstante, podría decirse que la emoción de los tres niños por encontrarse con su madre y su nueva hermana iba por dentro. Ante el bullicio que despertó su llegada a la clínica, los pequeños se comportaron de manera muy formal y algo cohibidos.
