Delphine Boel: 'No espero retomar el contacto con mi padre, el rey Alberto. He pasado esa página'

La hija ilegítima del soberano belga ha presentado su autobiografía en la que habla sobre la relación de sus padres y a través de la cual se reconcilia con su pasado

Por hola.com

No sólo se corta el cordón umbilical al nacer, también puede hacerse muchos años después con un libro, en lugar de con unas tijeras. Así lo ha hecho Delphine Boël, la hija ilegítima del rey Alberto, a través de la autobiografía que presentó ayer en Bruselas. Un arduo trabajo con el que ha pasado página a los capítulos más dolorosos de su vida y se ha reconciliado con su pasado. Un pasado, ahora superado, en el que hizo mella que su padre no fuera capaz de reconocerla.

El libro, que se titula Cortando el cordón umbilical, incluye ilustraciones de la propia Boël -artista profesional- y revela los detalles de la relación que el Soberano belga mantuvo con la madre de Delphine, la baronesa Sybille de Selys-Longchamps. En 1969, tres años después de haber comenzado la relación extramatrimonial, el por aquel entonces príncipe Alberto tomó la decisión de divorciarse de la bellísima princesa Paola. Así se lo comunicó a su hermano, el rey Balduino, y a varios miembros del Gobierno. Sin embargo, el Príncipe consideró inaceptables las condiciones que se le exigieron, sobre todo la de tener que renunciar al trono.

En 1984 la madre de Delphine puso punto final a la relación que había durado 16 años. Delphine cuenta que después de la ruptura el Príncipe siguió mandándole regalos. Cuando cumplió 18 años su madre le confesó que su padre era el Heredero al trono de Bélgica. El escándalo explota en 1999 cuando el periodista Mario Danneels publica una biografía de la reina Paola en la que revela que el Rey tiene una hija ilegítima. "A través de terceras personas se me sugirió que lo mejor es que desapareciera. Me había convertido en un obstáculo para ellos. ¿A que lugar debía exiliarme? ¿Zanzíbar o el Polo Norte?", se pregunta Delphine en el libro.

"¡Tú no eres mi hija!"
Cuando su madre comenzó a tener problemas cardíacos, Delphine llamó por teléfono al Rey que le contestó airado: "No me vuelvas a llamar nunca más. No quiero volver a oír nada más de este asunto. Además, ¡tú no eres mi hija!". Delphine, indignada, le espetó: "Eso es completamente ridículo. Todo el mundo puede ver que tengo los mismo ojos que Astrid". El Rey zanjó la discusión: "Suficiente. No vuelvas a decir que te pareces a mi madre. Nunca jamás. ¿Cómo te atreves?". En ese momento Delphine supo que había perdido a su padre.

Delphine Boël afirma sentirse muy dolida por la negativa del Rey a reconocerla como hija. "Todo niño tiene derecho a un padre y a ser reconocido por él. Aunque mi padre fuera un criminal me gustaría que me reconociera. Ya seas Rey o guardabosques eres responsable del hijo que has engendrado. No puedes defraudarle. Y eso es precisamente lo que ha hecho mi padre".

Pese a todo Delphine dice no sentir odio por la Casa Real belga. "Estoy abierta a retomar el contacto, aunque no tengo ninguna esperanza. He pasado esa página de mi vida", según Delphine. "Fue difícil escribir el libro, pero ahora la gente puede leer lo que tengo que decir", concluyó Delphine Boël que está embarazada de su segundo hijo.