El banquete nupcial del príncipe Laurent y Claire Coombs

Por hola.com

Europa se ha despertado con una nueva boda real, la primera de la temporada. En esta ocasión es Bélgica la que se prepara para celebrar por todo lo alto el enlace del príncipe Laurent y Claire Coombs. La Casa Real ha dispuesto todos los detalles minuciosamente para que todo salga a la perfección. Y, por supuesto, como no podía ser menos, también ha prestado una especial atención al menú que van a poder degustar los 1.500 invitados al enlace real.

El banquete tendrá lugar en el mismo Palacio Real, un espléndido edificio en el que se ha habilitado el salón del trono para acoger a las 1.500 personas que acompañarán a los príncipes en este día tan especial. Ahora bien, aunque la Casa Real belga, consciente del especial momento que se vive por el conflicto bélico con Irak, ha establecido (por respeto a las víctimas de la guerra), que no se difundan imágenes del banquete nupcial, sí ha trascendido a la prensa el menú que se servirá en palacio. Y, teniendo en cuenta la tradicional fama que la gastronomía de este país ha disfrutado desde siempre en Europa, ha designado a varias escuelas de hostelería para que se encarguen del servicio. Como curiosidad, los estudiantes han comentado que los invitados se servirán ellos mismos, desde sus mesas, las viandas. Las prestigiosas insituciones elegidas para esta gran ocasión han sido: L´Institut Horeca et Sportif de Wemmel, L´Ecole Hôteliere et de Tourisme ‘Spermalie’ de Brujas y L´Ecole Hôtelière Provinciale de Namur.

Para elaborar el almuerzo, tres chefs de reconocido prestigio: Jean Pierre Bruneau, Jean Michel Loriers y Herman Vandender han sido los encargados de elaborar un menú sencillo, variado y muy acorde a la estación. Como entrantes los invitados podrán degustar unos espárragos de Melines; de primer plato unos raviolis rellenos de langostas y, de segundo, un plato algo más consistente, como es un cordero con verduras de temporada. Y todo ello regado por vinos de la región.

Cafés, infusiones, dulces y, por supuesto la tarta nupcial pondrán el colofón a un almuerzo que se ha querido que resulte más informal, alejado de rígidos protocolos.