La agenda oficial de las Princesas no es gris. La gama de compromisos adopta tonalidades de la paleta de necesidades y propósitos para cada ocasión. Y si hay citas que exigen una mano de pintura de glamour en consonancia con el objeto de su visita esas son las artísticas. Mary de Dinamarca, Carolina de Mónaco y la princesa Letizia han dado buena muestra de ello y han dado una sofisticada pincelada a sus últimas apariciones... por amor al arte.
La princesa Mary abre esta exhibición de elegancia. La esposa del príncipe Federico acudió anoche al estreno de un documental sobre el pintor danés Asger Jorn, de cuyo nacimiento se cumple este año un siglo. El acto tuvo lugar en el Museo Nacional de Arte, en Copenhague, donde la Heredera danesa, recibida por la dirección del centro, volvió a hacer alarde de belleza y distinción con un total black look compuesto por un top con escote redondo y manga larga, una falda tableada y unos stilettos con punteras plateadas. La princesa Mary coronó su puesta con unos pendientes de esmeraldas, que recordaban a los que Angelina Jolie llevó en las 81ª edición de los Oscar, y un recogido bajo, tan de moda esta temporada. Tras contemplar la película, titulada ¡No se le dice no a Asger!, la Princesa recorrió la exposición organizada por el museo con motivo del centenario de Asger Jorn (1914-1973), quien formó parte de varios movimientos artísticos europeos de la posguerra como el grupo Cobra y la Internacional Situacionista y está considerado uno de los principales artistas escandinavos del siglo XX.
También la princesa Carolina visitó estos días la exposición de Richard Artschwager en el Museo Nuevo Nacional de Mónaco y volvió a erigirse como princesa del glamour y de las rosas. Se dio cita en la muestra de este gran artista norteamericano -falleció el año pasado a la ochenta y nueve- apoyando una vez más la vida cultural del Principado con su presencia y con el mismo estilo seductor de siempre. La princesa Carolina, radiante a sus cincuenta y siete años, y ya en el feliz papel de abuela de dos nietos, lució para la ocasión una sofisticada capa negra con flecos y una blusa de seda de color rojo a tono con un pequeño bolso de piel y recorrió maravillada la impresionante retrospectiva -más de ciento treinta y cinco obras- antes de reunirse con su hija mayor, Carlota Casiraghi, y su pequeño, Raphaël.
No hay año que la agenda oficial de los Príncipes de Asturias no reserve el debido espacio a la inauguración de una nueva edición de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (ARCOmadrid). Y este no ha sido la excepción. Los príncipes Felipe y Letizia volvieron a demostrar su fidelidad a la cita. Doña Letizia eligió para su visita a este reino del color un tono neutro como es el beis, cediendo sin éxito todo el protagonismo a la muestra, y lució un elegante trench con apliques en cuello y puños de Felipe Varela. Sin éxito porque la pareja engalana ARCO en cada visita.
