Berlusconi-Lario: duelo a la luz de los focos

La Iglesia reclama discreción en el mediático divorcio del Primer Ministro italiano

Por hola.com

El spaghetti divorcio que protagonizan Silvio Berlusconi y Verónica Lario, su segunda esposa desde 1980, se ha convertido en el espacio con mayor audiencia de la parrilla mediática. Las sonadas peleas de la pareja son la clave de este nuevo género que descarga con toda la violencia posible puñetazos verbales y, en breve, balazos legales. Los rivales no se baten en un duelo al sol, pero lo hacen igualmente en uno a la luz de los focos. Sus trifulcas cabalgan por todos los periódicos y televisiones.

No han cesado los golpes desde la semana pasada. A la reprimenda pública de la actriz al Primer Ministro italiano por las candidaturas femeninas del partido de su marido para las elecciones Europeas -figuran en la lista tres mujeres del mundo del espectáculo- y por la asistencia de este al cumpleaños de una menor, la joven napolitana Noemí Letizia, ha seguido la autodefensa de Berlusconi -hasta el día hoy, muy popular con el 73 por ciento del favor de sus conciudadanos- en los diarios Il Corriere de la Sera y La Stampa y en televisión; a las declaraciones de él acerca de los motivos de su esposa para tales acusaciones y sobre la crisis matrimonial, el anuncio de ella del próximo divorcio de la pareja, y a la exigencia de él de unas disculpas públicas por parte de ella, la publicación de los nombres de los abogados que llevarán el mediático divorcio y las condiciones solicitadas por cada una de las partes. Una paliza sin tregua en el cuadrilátero de los medios de comunicación y sin ganadores.

Para el asalto final se han armado de leyes. Mientras Lario contempla la posibilidad de contratar a la abogada Maria Cristina Morelli que representó a la familia Englaro en su batalla legal para conseguir que le fuera suspendida a Eluana, en coma irreversible durante 17 años, el régimen de alimentación artificial que la mantenía con vida, Berlusconi ha buscado el asesoramiento de Ippolita y Nicoletta Ghedini, las hermanas de Nicolò Ghedini, histórico representante legal. El culebrón que ha creado afición en todo el mundo sigue generando capítulos y la pareja encajando reveses. El económico llegará en breve. Deberán disputarse a la hora de firmar el divorcio una fortuna valorada en 6.000 millones de euros. El magnate italiano pretende dar el 50 por ciento de su imperio empresarial a Marina, de 43 años, y Piersilvio, de 41; hijos de su primer matrimonio con Carla dall'Oglio, y otro tanto a los tres habidos con Lario: Bárbara, de 25 años, Eleonora, de 22, y Luigi, de 20, desveló el diario La Stampa. Pero Lario no está de acuerdo y pretende que las cuotas se repartan equitativamente entre los hijos, es decir, un 20 por ciento para cada uno, lo que pondría el control efectivo del grupo Fininvest en manos de sus tres vástagos. La bolsa, no obstante, es lo de menos.

La vida (interior), en cambio, sí importa. Y son los valores (familiares y cristianos) en entredicho los que hacen más daño. Los que producen peores heridas. Graves, tal vez, en las urnas por el descenso del voto del electorado católico y en las relaciones con la Iglesia. Por lo pronto, la contienda mediática de Berlusconi y Lario ha disgustado enormemente a Vaticano y así lo ha hecho saber públicamente. Ha reclamado discreción al Primer Ministro y a la actriz en su divorcio: "No puede ser un espectáculo para presentarse ante las cámaras" ni debe "alimentar a los medios de comunicación y ser celebrado frente a todo el mundo como una película", declaró el ministro del Vaticano para las relaciones interreligiosas, cardenal Walter Kasper, en el diario La Stampa. ¿Apagarán los focos?