Es su entrevista más profunda, personal y humana. La reina [Rania de Jordania], una de las mujeres más carismáticas del mundo, se asoma esta semana a las páginas de la revista ¡HOLA! para mantener con ella un diálogo sorprendente y sincero. Como defensora de los derechos humanos, activista en favor de los derechos y educación de las mujeres y promotora del diálogo entre Oriente y Occidente, la soberana viajó a Sudáfrica en calidad de embajadora del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.
En Johannesburgo, la Reina visitó una escuela del municipio de Soweto, donde se reunió con niños rescatados de la calle para más tarde mantener un encuentro con el ex líder sudafricano Nelson Mandela. "Le había conocido antes, pero ésta fue la primera oportunidad que tuve de sentarme y charlar con él", asegura Rania. Horas después de su encuentro con los niños, y vistiendo una camiseta de UNICEF, la soberana habló para ¡HOLA!, respondiendo a preguntas sobre su vida en el escenario internacional, de cómo está educando a cuatro hijos, de su colaboración con el rey Abdalá y de cómo lucha por la paz en Oriente Medio.
"El hecho de ser Reina fascina más al espectador que a mí. Yo me despierto y me siento una persona corriente", dice la reina Rania. "El momento en que empiezas a definirte por tus títulos o posición es cuando sabes que puedes estar en apuros: los títulos vienen y van, y al final del día deben definirte tus logros, acciones e ideales", añade una de las soberanas más progresistas y pragmáticas de nuestra época. "Cuando estoy trabajando intento dar lo mejor, y cuando estoy con mis hijos intento estar al cien por cien" explica la esposa del rey Abdalá, de quien asegura que "ha resaltado lo mejor de mí y me ha dado confianza".
La moda y los Obama "Recargo mis pilas estando con mis hijos, mi marido y mis amigos. Siempre me han encantado los niños, y después de reunirme con ellos en Soweto me resulta imposible estar de mal humor", declara la Reina. La amplia entrevista también trata, entre otros puntos, su opinión del nuevo Presidente estadounidense y su esposa. "El corazón de Obama está en el lugar adecuado, porque comprende que debe acabar con el sufrimiento en Oriente Medio. No puedes tener una felicidad total hasta que tu vecino tenga también oportunidad de conseguirla. Con la Primera Dama me identifico por su estilo. Para mí la moda es para mí un símbolo de expresarme creativamente, siempre me gustaron los trajes y me divierto con ello. Pero espero que tanto en mi caso como en el de Michelle Obama la gente vea todo el conjunto y no sólo el aspecto físico", afirma la soberana jordana.
