El príncipe Naruhito siempre ha sacado la cara por su esposa, la princesa Masako. Especialmente en estos seis años de depresión (causada por su dificultad para adaptarse a la estricta vida de palacio) y de ausencia de la vida pública de la Heredera. Ahora que han remitido dolencia y presión ha tocado el turno a la Princesa triste de Japón corresponder al incondicional apoyo de su esposo y dejarle en buen lugar corroborando que lo que él siempre ha reclamado era sencillamente lo justo: comprensión. Y tiempo al tiempo.
El día tan esperado ha llegado. La princesa Masako no ha quitado razón al príncipe Naruhito con una inesperada reaparición oficial en solitario en una feria de inventos de cientos de amas de casa, llamada Naruhodo. El primer acto de la Princesa sin su esposo en los últimos tres años. Pero por mucho tiempo que haya transcurrido, hay tareas que nunca se olvidan. Y la futura Emperatriz no lo ha hecho. Se mostró muy cómoda, como Princesa en su palacio, en este nuevo compromiso.
Si bien las apariciones públicas de la Heredera a lo largo de estos últimos meses junto a su marido pueden al menos contarse con los dedos de la mano: la bienvenida a los Reyes de España (noviembre de 2008), un concierto en la Universidad de Gakushuin (diciembre de 2008), la tradicional comparecencia de la Familia Imperial con motivo del cumpleaños del Emperador (diciembre de 2008) y varias despedidas del príncipe Naruhito por sus viajes oficiales, las de la Princesa sola brillan por su ausencia. La última vez que la Heredera había emprendido una actividad oficial en solitario había sido en marzo de 2006, cuando visitó el centro pediátrico del hospital San Lucas en Tokio. Pero de eso hace ya varios años y una recuperación casi total.
