Cada día que pasa Michelle Obama va tomando plena conciencia de su papel como Primera Dama de Estados Unidos. Como esposa del nuevo Presidente, necesitaba su propio retrato oficial para institucionalizar su recién adquirido cargo. La mujer de Barack Obama ha hecho una apuesta segura con el look que ha elegido para plasmar su imagen y los valores que representa en el que será su primer retrato oficial.
Michelle se presenta mujer discreta, elegante y moderna en el Salón Azul de la Casa Blanca. La misma estancia en la que la familia presidencial suele instalar en árbol de Navidad cada año y que fue restaurada por el decorador Arkansas Kaki Hockersmith durante la administración de Bill Clinton
Como ha hecho en muchos de sus actos oficiales, ha escogido un little black dress o vestido de cóctel negro que estiliza su figura. Tampoco ha querido olvidarse del complemento que se ha convertido en su talismán de la suerte durante la campaña electoral: el collar de perlas de dos vueltas. En cuanto a su peinado, ha sido fiel a su estilo y ha optado por la media melena recta que ha lucido desde que se convirtió en un personaje público.
La pareja presidencial cumple con sus compromisos Mientras que Michelle posaba para el fotógrafo oficial en uno de los rincones de su nuevo hogar, su marido aprovechó el fin de semana para acudir a un partido de baloncesto entre los Wizards de Washington y los Chicago Bulls en el Verizon Center de Washington.
Los que conocen bien a Barack Obama afirman que el baloncesto es una de sus pasiones y durante su época de estudiante lució el dorsal con el número 23, haciendo gala de un magnífico estilo en la cancha.
