Nicolás Sarkozy se traslada al piso de Carla Bruni un año después de su boda

El Presidente francés se ha empadronado en la casa que su esposa tiene en el suroeste de París y sólo duermen en el Elíseo los fines de semana

Por hola.com

"Año nuevo, vida nueva". Un popular dicho que el matrimonio presidencial de Francia parece haber querido poner en práctica con el comienzo de 2009. [Nicolás Sarkozy] vive, desde el mes pasado, en la propiedad que [Carla Bruni] posee en Villa Montmorency, un exclusivo barrio al suroeste de París donde se concentra la mayor parte de la nobleza y la aristocracia de la capital francesa. Así informa el diario Le Figaro, apuntando que el Presidente de la República aparece empadronado desde el 1 de enero en el distrito XVI de la ciudad del Sena, donde la Primera Dama tiene un palacete en el que residen durante la semana.

Sarkozy se desplaza con escolta todas las mañanas a su despacho en el Palacio presidencial, pero tiene fijada su residencia en la casa de Bruni. La pareja sólo se traslada al Elíseo los fines de semana, aunque en realidad la residencia oficial del Jefe del Ejecutivo francés viene siendo una segunda casa para él desde su boda con la ex modelo. La noticia de su mudanza ha coincidido además con su primer aniversario de boda -se casaron el 2 de febrero de 2008 en una íntima ceremonia a la que sólo asistieron algunos familiares y amigos. Con motivo de tan señalada fecha, la prensa de su país ha hecho balance de los doce meses como Primera Dama de Carla Bruni, y la cantante ha conseguido el aprobado de sus conciudadanos.

"Intachable", pero "distante"
La gran mayoría ha dado a Carla Bruni el visto bueno en su primer año como esposa del Presidente francés. Son muchos los que apuntan que ha encajado perfectamente en su papel institucional, un rol que ha llegado incluso a modernizar con sus aires de mujer "artista e independiente". De hecho, casi todos reconocen que gracias a la cantante Nicolás Sarkozy ha ganado en discreción, sobriedad y elegancia y se ha acercado a la cultura, un mundo del que antes se había mantenido alejado. Además, todos coinciden en la "intachable" labor de Bruni en materia de representación en el exterior, en la que seguramente haya influido su experiencia sobre las pasarelas como muchos apuntan.

Sin embargo, no todo han sido piropos para la cantante. Varias son las encuestas en las que ganan quienes la siguen viendo como una mujer "distante y fría", como apunta Le Parisien. A esto se añade que "su imagen algo aristocrática la hace ser menos interesante", según algunos expertos. Tampoco parece haber cambiado su postura política. Ella confesó su proximidad a posturas izquierdistas antes de su matrimonio con Sarkozy, y lo cierto es que no ha dado signos de haber modificado su manera de pensar. De hecho, son varias las ocasiones en que ha acudido con su esposo a conciertos en las salas más conocidas de París.

El Presidente pide desde el Elíseo calma y paciencia para quienes aún no ven adecuada a Bruni como Primera Dama: "Ella lo hace con tranquilidad, a su ritmo, de forma fantástica", ha asegurado Sarkozy al referirse sobre la labor de su esposa como embajadora contra el Sida, papel que ejerce desde el pasado mes de diciembre. "Su problema es que tiene miedo de hacer algo mal", añade. Jacques Séguéla, publicista que les presentó, ha elogiado a la cantante diciendo que "ha sabido separar perfectamente el show business de los asuntos de Estado".