A cualquiera le pueden robar en coche pero si te lo quitan por dejarlo abierto, con las llaves puestas y, para más inri, en presencia de tu guardaespaldas es el colmo del descuido. Y esto fue precisamente lo que le pasó a la princesa Beatriz, hija mayor de los Duques de York.
La Princesa iba a visitar a una amiga y, como siempre, acompañada de su guardaespaldas que es agente policial. Bea, como le llaman sus amigos, paró en Devonshire place, en el centro de Londres, para comprar algo y cuando salía de la tienda ella (y su guardaespaldas) vieron como el flamante BMW serie 1 personalizado que Andrés de Inglaterra regaló a su hija por su 17 cumpleaños iba a toda velocidad y no eran ni ella ni el guardaespaldas quién lo conducía.
El policía-guardaespaldas llamó rápidamente para avisar de que se llevaban el coche y la nieta de la reina Isabel de Inglaterra puso al mal tiempo buena cara. Beatriz dice sentirse "enfadada y extremadamente avergonzada" por lo sucedido -según informa el tabloide The sun- así que para que se le pasará el disgusto llamó a su hermana Eugenia que la consoló en un pub muy cercano al lugar de los hechos.
El coche que su padre le regaló no es la única pérdida reciente de Beatriz. La Princesa perdió el pasado mes de diciembre a su perro Max cuando lo paseaba en el Great Park de Windsor y llenó de carteles con la foto del terrier de Norfolk rubio rojizo los alrededores del parque.
