En los últimos años, son muchos los miembros de la realeza que han demostrado su compromiso y apoyo a los más necesitados, aportando su grano de arena a diversas causas benéficas. ¿Su deseo? Hacer de éste un mundo mejor, en el que todas las personas tengan los mismos derechos y oportunidades. La princesa Matilde ha sido la última en realizar un viaje de estas características, que le ha llevado hasta África en su calidad de representante especial de UNICEF.
Muy comprometida con la lucha contra el VIH, la esposa de Felipe de Bélgica ha hecho una visita -que comenzó el pasado jueves y finalizó ayer- a Dakar. En su ruta por la capital senegalesa ha estado acompañada por el director ejecutivo de ONUSIDA (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA), Peter Piot, así como por la directora de la oficina regional de UNICEF en los países África occidental y central, Esther Guluma. La Princesa participó en la 15ª Conferencia Internacional sobre el SIDA, en la que se evaluaron los progresos que se han conseguido hasta el momento en relación con dicha enfermedad y se subrayó la necesidad de reforzar los sistemas de salud en el continente.
Además, tuvo la oportunidad de recorrer algunas de las aldeas próximas. Se interesó por el desarrollo de los proyectos en la zona, así como por la situación en la que viven los niños más desfavorecidos. La mujer del Heredero al Trono Belga pudo empaparse de la cultura senegalesa: conversó con algunos de los pequeños y los aldeanos quisieron mostrarle las piezas más representativas de su artesanía y que ellos mismos elaboran. También visitó el centro pediátrico Sante Roi Baudouin en Guediawaye. Si en el último viaje oficial, de carácter comercial, que realizó junto a su esposo a Indonesia y Singapur la Princesa demostró ser la gran apuesta de la Corona belga, esta vez, además, hemos podido ver su faceta más solidaria.
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