Desde que el príncipe Nicolás y Tatiana Blatnik se conocieran no se han vuelto a separar. Desde aquello, han pasado más de dos años -comenzaron a salir en 2006-, pero las cosas de palacio van despacio y ellos lo demuestran con su ejemplo. Por el momento, el hijo de los reyes Constantino y Ana María de Grecia, uno de los Príncipes solteros más deseados, permanece a sus 39 años sin compromiso oficial, a pesar de que su inseparable y guapísima novia, de 28, le acompaña siempre en las magnas ocasiones familiares de la realeza por las cortes de Europa.
Han asistido juntos, prueba de que su relación cuenta con la bendición de todos, a los bautizos de los hijos de Federico y Mary de Dinamarca, los príncipes Christian e Isabella; a la boda del príncipe Joaquín con Marie Cavallier; a los bautizos de los hijos más pequeños de la princesa Alexia y Carlos Morales,Carlos y Amelia, en Lanzarote, y, ahora también, han entrado por primera vez de la mano en el palacio de La Zarzuela, como invitados a la íntima cena familiar que se celebró ayer en sus salones con motivo del 70º cumpleaños de la reina Sofía, tía paterna del Príncipe. La joven llegó a la primera parte de la celebración, a la cita musical en el auditorio de la nueva sede de la Fundación Albéniz, en coche junto a la princesa Alexia. Ambas muy guapas: Tatiana, vestida completamente de negro, y Alexia, de verde tornasolado.
Tatiana, la joven que ha conquistado el corazón principesco de Nicolás de Grecia, trabaja como relaciones públicas en la nueva tienda de Diane von Fürstenberg en Londres y procede de una conocida familia de origen judío ruso. Es nieta de la Condesa de Einsiedel y, por esa rama, tiene también una lista de ilustres ancestros. No en vano, es descendiente de Guillermo, el conquistador por herencia de su abuela materna, la condesa Ellinka Gräfin von Einsiedel, hija de Adolkar Graf von Einsiedel y Margot von Gans. Y, a juzgar por estas apariciones familiares, es considerada un miembro más de la Familia Real de Grecia y, a juzgar por las salidas románticas de la pareja y por sus cada vez más numerosos lazos, pronto podría serlo oficialmente. La relación del príncipe Nicolás y Tatiana Blatnik huele a compromiso, y a boda.
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