La prometida canadiense de Peter Phillips ha renunciado a la fe católica para que su futuro marido pueda mantenerse en el undécimo puesto de la línea de sucesión al trono. Inicialmente, Autumn Kelly, de 29 años, había dicho que estaba orgullosa de su fe católica y que no la abandonaría. Finalmente, cuando quedan dos semanas para la celebración de la boda, Buckingham ha confirmado que la señorita Kelly se ha unido a la fe anglicana. La Iglesia, a cuya cabeza está la propia Reina de Inglaterra, su futura abuela política.
Desde 1701, a los monarcas británicos y a sus descendientes se les ha prohibido ser católicos o incluso casarse con un católico, aunque pueden ser miembros de cualquier otra religión.
El Gobierno Brown está considerando suprimir el derecho a sentarse de los obispos anglicanos en la Cámara Alta del Parlamento y la Cámara de los Lores. En este sentido, el príncipe Carlos ha hecho saber que si se convierte algún día en Rey podría asumir el título de Defensor de Fe, en lugar del actual Defensor de la Fe.
Kelly, consultora de gestión, fue bautizada en 1978 en una iglesia católica en Montreal y conoció a Peter en el Grand Prix de Montreal, en 2003. El hijo de la Princesa Ana no lleva el título de Príncipe por decisión de sus padres, aún para disgusto de su abuela, la Soberana de Gran Bretaña.