Carla Sarkozy, acostumbrada a cruzar el globo y a desfilar por lo ancho y alto del mundo sus medidas de top model y su sofisticado magnetismo, continúa fascinando en su nuevo cargo oficial como Primera Dama de Francia. Sus puestas en escena, cuidadas al máximo, le han granjeado desde el primer momento el aplauso de los expertos de moda, especialmente con ocasión de su gran debut internacional el pasado mes de marzo en Reino Unido.
Complicidad y 'glamour'
Para esta cita, que tiene como fin promover una alianza entre la Unión Europea y los países medio-orientales y norteafricanos, Carla ha lucido un conjunto recatado semejante a aquellos con los que se ganó a la prensa británica y a sus conciudadanos y con los que fue comparada a Jackie Kennedy: un sencillo vestido negro sin mangas hasta debajo de las rodillas y complementos de [Chanel]. Remataron su look una coleta despeinada, un maquillaje natural, y, como únicos adornos, un conjunto de pendientes y colgante de pequeños brillantes. Todo aderezado por una seductora sonrisa que desarmó a sus anfitriones.
Aunque la ceremonia de bienvenida se trataba de una ocasión meramente formal, en la que los mandatarios de ambos países se fundieron en un abrazo previamente a escuchar sendos himnos nacionales y a pasar revista a la guardia de honor, trascendió la magnífica relación de la pareja recién casada en varios momentos de confidencias y sonrisas de complicidad después de saludar a sus admiradores congregados a lo largo de la avenida Habib Burguiba de la capital tunecina.