Nadie dijo que ser Primera Dama fuera fácil. De hecho, durante la reunión del presidente francés con la familia de Ingrid Betancourt, su primer acto como tal, se pudo ver a una Carla Bruni muy tímida. En el viaje oficial que Nicolás Sarkozy realizó a Sudáfrica la semana pasada, su mujer cumplió sus funciones y se la vió algo más relajada, compartiendo risas y confidencias con su marido. Ayer, tuvo lugar un nuevo acto oficial, esta vez, en el palacio del Elíseo de París. Aprovechando que se celebraba el Día de la Mujer, el Presidente recibió en su residencia a varias mujeres que forman parte de las organizacionesCoeur de femmes -Corazón de mujeres- y Women of Exception -Mujeres de excepción-.
Carla Bruni charló animadamente con la fundadora de la organización Couer de femmes, Mona Chasserio, que se sentó a su lado durante el almuerzo que ofreció el Presidente. Además, volvió a dedicar gestos de cariño al que es su marido desde el pasado día 2 de febrero. Estuvo muy pendiente de él. Tras el discurso de Sarkozy, ella se acercó hasta el atril para ofrecerle un vaso de agua. En resumen, la nueva inquilina del Elíseo se mostró más segura y natural.
Jean Sarkozy, tras los pasos de su padre En los últimos meses, Sarkozy ha ocupado las portadas de los medios, tanto franceses como internacionales. Desde que comenzó su relación con Carla Bruni, el pasado mes de noviembre, el Presidente ha sido noticia más veces por su vida personal que por su faceta como político, algo que ha contribuido a que merme su popularidad. Hoy se celebran elecciones municipales en Francia y los socialistas, el partido de la oposición, se perfilan como favoritos.
En esta ocasión, entre los nombres que forman la lista de su partido, la UMD, Sarkozy cuenta con el de un mimebro de su familia. Jean Sarkozy, su segundo hijo, se ha inscrito en las listas de los comicios cantonales, que se celebran junto a las municipales. A sus 21 años, el parecido de Jean con su padre es más que evidente y esta similitud se refleja también en sus ideologías.
