Los príncipes Federico y Mary de Dinamarca pasaron un día en las alturas con motivo de la inaguración de un nuevo helipuerto en el hostipal Rigshospitalet de Copenhague. La plataforma ha sido costeada por Arnold Mærsk Mc-Kinney Møller, un magnate danés considerado el segundo empresario más adinerado del país a través de una fundación que lleva el nombre de su esposa, Emma, fallecida en el 2005 tras 65 años de matrimonio. Gracias a este nuevo servicio, los daneses podrán acceder de una forma más rápida al hospital en caso de una emergencia o situación crítica.
Fueron precisamente los Príncipes unos de los primeros en estrenar dicho helipuerto, ya que optaron por el medio aéreo para llegar al hospital desde Fredensborg. Allí les esperaban el director del centro sanitario y Mc-Kinney.
Mary de Dinamarca bajó del helicóptero detrás de su marido luciendo traje de chaqueta y pantalón marrón y con el pelo suelto. Tras unos minutos en la azotea, desde donde se contemplaba una espectacular panorámica de la capital danesa, se adentraron en el edificio. En una de las plantas, unos cuantos niños recibieron al Heredero y a su mujer con cariño, y regalaron a la Princesa un ramo de flores. El príncipe Federico no pudo reprimir la emoción en la planta infantil y sus ojos se empañaron.
Los Príncipes dedicaron unos minutos de su tiempo a charlar con los directivos y empleados del centro, varios de los cuales aprovecharon la visita real para hacer fotos a la pareja.
