El Castillo de Fredensborg donde vive Federico, el príncipe heredero de Dinamarca, con su familia quedó a salvo del pasto de las llamas en el inicio del pasado fin de semana gracias a la actuación de un grupo de ciudadanos suecos que dieron la voz de alarma en palacio, el pasado viernes a las cuatro de la tarde.
Durante su recorrido por los jardines del castillo, abiertos al público, y la parte de atrás de las caballerizas y garajes, los visitantes extranjeros vieron salir mucho humo de un viejo granero de madera y avisaron a la guardia de los Príncipes.
El personal de Fredensborg llamó a los bomberos y éstos, ante la amenaza de que se produjera una enorme explosión, aparecieron de inmediato. El garaje tiene espacio para 14 coches, pero se utiliza también como taller y como el almacén donde se guarda el combustible y la madera que se usa en invierno en Fredensborg.
El incendio, que según la policía local en Helsingor podría haber sido provocado por un cortocircuito, no tuvo mayores consecuencias y pasada una hora de sirenas sonando todo volvió a la normalidad.
El príncipe Federico, regente de Dinamarca desde que su madre la Reina se fuera de vacaciones a Caix, fue visto por última vez en público el pasado día diez cuando asistió a una reunión con los directivos de la Fundación que preside en Copenhague: "Save de Children". En cuanto a la Princesa Mary, aunque no se ha incorporado oficialmente a sus responsabilidades y no sale casi de palacio, sí cumplió con el compromiso de asistir a la "Fashion Week" el pasado 14 de agosto.