La princesa Masako de Japón aún no está recuperada para viajar al extranjero

'Ella hace todos los esfuerzos posibles por recuperarse físicamente', ha reconocido en rueda de prensa el príncipe heredero de Japón, Naruhito

Por hola.com

La princesa Masako, enferma de depresión desde el año 2003, parece y según ha dado a conocer su marido, el príncipe heredero de Japón, Naruhito, que aún no está en condiciones de realizar viajes oficiales al extranjero, ya que, aunque su estado de salud ha ido mejorando, no se puede decir que esté totalmente recuperada. "La princesa Masako se encuentra en estos momentos en vías de recuperación, pero su médico me ha dicho que todavía necesita tiempo antes de estar en condiciones de viajar a un país extranjero", confirmaba Naruhito en una conferencia de prensa en Tokio horas antes de iniciar una visita oficial en solitario a Mongolia.

La Princesa japonesa, que ha vivido durante largos meses apartada de la vida pública debido a una depresión nerviosa, todavía debe seguir un tratamiento, y aunque en palabras de su marido, "ella hace todos los esfuerzos posibles por recuperarse físicamente", el tiempo será el medicamento fundamental en la vida de la princesa. "Se aprecia además que está más activa", recalcó Naruhito en el Palacio Imperial al mencionar que su esposa lo había acompañado recientemente durante un desplazamiento oficial a Nagano, en los Alpes japoneses.

Según se dice, su estado de salud se debía a las presiones recibidas para quedarse embarazada y traer al mundo un niño que asegurase la sucesión. Depresión que remitió en gran medida con el nacimiento de Hisahito, hijo de el príncipe Akishino y la princesa Kilo, el primer Heredero masculino al Trono del Crisantemo en cuatro décadas, desde 1965. Para los tradicionalistas, la llegada al mundo de este bebé supuso el fin del debate sucesorio abierto en Japón por la inexistencia, hasta ese momento, de un Heredero varón que relevara al príncipe heredero Naruhito y su hermano, el príncipe Akishino, dado que en el país aún está en vigor la ley sálica y ninguno de los dos hijos del Emperador tenía descendencia masculina. Se había planteado la posibilidad de reformar dicha normativa para permitir el ascenso al trono de la princesa Aiko, única hija de los príncipes herederos Naruhito y Masako. Una polémica medida a la que se opuso, desde el primer momento, el sector más conservador de la sociedad nipona, defensor de mantener pura una línea imperial de ascendencia masculina, aferrándose a una tradición milenaria.