La princesa María Gabriela de Saboya, de 67 años, hija de Humberto II y de la Reina María José, batió todo un récord en recaudación con la subasta de sus 41 excepcionales joyas en Londres. La Princesa, que no ocultó en ningún momento, que se había visto obligada a deshacerse de algunos tesoros de la familia para poder saldar una deuda con hacienda, sacó la colección de joyas reales de la cámara acorazada del Banco de Italia (Roma) donde permanecían guardadas desde 1946, y la puso en manos de Christies para que éstas pudieran ser vendidas al mejor postor. Entre las piezas subastadas, destacó la tiara de diamantes con forma de lágrima -un diseño del orfebre ruso Peter Carl Fabergé, de 1890- que perteneció a la Emperatriz Josefina y que María Gabriela heredó de su madre, la reina María José de Italia, nacida Princesa de Bélgica.
El diamante azul más caro de la historia
De hecho, fue esta diadema con diamantes tallados en forma de lágrima - un regalo del Zar Alejandro I a la emperatriz Josefina tras su divorcio de Napoleón I-, la pieza que superó todas las expectativas previsibles al ser valorada en un millón y medio de euros en el mercado. Aunque la tiara se llevó todo el protagonismo, hubo otras joyas que despertaron un enorme interés: entre ellas, el diamante circular de color azul grisáceo, de la joyería Harry Winston (EEUU) -datada en 1920 y con 7,81 quilates de peso- que se vendió por más de 3,8 millones de euros a un comprador americano anónimo. El precio máximo pagado hasta ahora por un diamante azul. Además de estas dos piezas históricas, quedaron señaladas por el interés de los pujantes una doble sarta de diamantes con 1.859 piedras preciosas; un collar de perlas de 10 vueltas con 684 perlas regalado por el rey Humberto I a su consorte la reina Margarita y un diamante rosa que antaño perteneció a un amigo de Napoleón.