Tomándose tan sólo un día más que el Príncipe de Asturias para vivir el terrible duelo de la pérdida de su hermana Érika, la princesa doña Letizia asistió contra todo pronóstico a la reunión de trabajo que presidió don Felipe en la sede central del Instituto Cervantes.
Los Príncipes de Asturias llegaron a las 11:00 de la mañana al histórico edificio de las Cariátides (Alcalá, 49), en pleno corazón cultural de Madrid, para asistir a una reunión de trabajo organizada por el director de la Institución, César Antonio Molina. Don Felipe y doña Letizia llegaron a la sede central del Instituto -fue inaugurado por los Reyes de España el pasado mes de octubre- para rendir honores a nuestras letras llevando el español y la cultura de los países hispanohablantes por todo el mundo.
Con la ayuda del nombre de Cervantes, el autor de "Don Quijote" que, a buen seguro, no imaginó jamás que su ingenioso hidalgo acabara "hablando tantas idiomas", y acompañados siempre por la sombra del caballero de la triste figura, don Felipe y doña Letizia eligieron su día más triste "de los enamorados" para continuar la lucha de poner España y el español en boca de todos. Los Príncipes de Asturias, embajadores del patrimonio de la cultura española y uno de los mayores de la universal, tienen siempre presente que representan a una de las lenguas más extendidas y que son ya quinientos millones hispanohablantes en el mundo. Un número que volvió a señalarse durante el acto de hoy a la hora de hablar de los objetivos que se ha marcado la Institución para el ejercicio del año 2007.
Finalizada la reunión, tal y como estaba previsto, los Príncipes recorrieron las dependencias de la sede central, alrededor de 18.000 metros cuadrados, y descubrieron una placa conmemorativa.
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