Es decir, los príncipes se conjuntan. Lo han hecho en innumerables ocasiones con un sencillo detalle: el color del vestido de ella coordinado con el de la corbata de él. Pero lo curioso del caso es que su particular guiño de complicidad se ha elevado a la categoría de moda, a juzgar por la cantidad de imitadores que les han surgido. Hoy por hoy, no es una excepción ver a parejas populares que han adoptado esta nueva tendencia. Los príncipes continúan fieles a su costumbre, de la que les ofrecemos un reflejo.
Digamos que su color preferido —y el más evidente, porque salta a la vista— a la hora de conjuntarse es el rosa, y la mayoría de las ocasiones que doña Letizia ha vestido un traje en este tono ha sido secundado por una corbata a juego del príncipe. La otra vertiente —más discreta— se destaca en los colores crudos y arena, que sin combinarse con una copia exacta del color, siempre van en la gama. El rojo y el naranja también han sido otros colores llamativos que han vestido al unísono.
En fin, una anécdota que destaca la complicidad entre la pareja. Ahora sólo queda por saber si doña Leonor también se unirá al conjunto.
