Japón conocía la fecha del enlace de la princesa Sayako, hija menor de los emperadores Akihito y Michiko, con el funcionario Yoshiki Kuroda desde el pasado mes de mayo, cuando el Gobierno japonés lo comunicó de forma extraoficial. Sin embargo, no fue hasta ayer cuando la Casa Imperial japonesa hizo el anuncio oficial de la fecha elegida para en enlace siguiendo las estrictas normas que marcan el protocolo real. El compromiso matrimonial se había confirmado en diciembre del año pasado con la celebración del ¨Nosai no Gi¨, rito por el que las familias se intercambian regalos, y la petición de mano tuvo lugar el pasado 19 de marzo.
El rito de Kokki no Gi Según el protocolo, la fecha del enlace no puede anunciarse hasta la celebración del ceremonial de ¨Kokki no Gi¨ o "Rito de anunciación de la fecha" por el cual el novio, de 40 años, envía a la residencia de los padres de la novia, en este caso al Palacio imperial de Akihito y Michiko, a un mensajero que comunica en nombre del contrayente la fecha elegida para la boda. Recibido por los emperadores, son éstos quienes dan el visto bueno a la fecha señalada, en una sencilla ceremonia, que presenció la princesa Sayako, de 36 años, en un correcto y discreto segundo plano, vestida con un elegante vestido verde claro y un tocado blanco.
Tres días antes de la boda... No habrá más ceremoniales hasta tres días antes de la boda, cuando la princesa Sayako se convertirá en la protagonista de una ceremonia religioso que tendrá lugar en el Santuario Imperial y tras la cual la hija menor de los emperadores visitará a sus progenitores para expresarles su gratitud.
Debido a su enlace con un plebeyo, la princesa Sayako dejará de ser princesa -las normas de la Casa Imperial la obligan a renunciar a su título- el mismo día de su boda y deberá abandonar por tanto el Palacio Imperial.
Una 'dote' ridícula Por ello el Gobierno japonés, de acuerdo con el Consejo Económico que administra el presupuesto real, ha decidido dar a la Princesa a modo de "dote" 152,5 millones de yenes (alrededor 1,11 millones de euros). Una cantidad que apriori ha sido tildada por algunos miembros del Consejo como rídicula ("Con eso no te puedes comprar ni una casa en Tokio" comentó uno de sus miembros fuera de cámara), pero que es la máxima que permite la Ley del Presupuesto de la Casa Imperial para estos casos. Ésta será la primera vez en 45 años que se casa un miembro femenino de la Familia imperial japonesa.
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