Mientras los Príncipes se encontraban en Asturias pasando unos días con Menchu Álvarez del Valle, la abuela paterna de doña Letizia, los reyes don Juan Carlos y doña Sofía, acompañados por sus hijas las Infantas y sus respectivos maridos, llevaron a cenar en Mallorca a sus nietos a una pizzería, como hacen tantas familias. El lugar elegido fue El Diablito, de Puerto Portals.
Don Juan Carlos, con pantalones marrones y camisa de rayas por fuera, fue el primero en entrar en el local llevando de la mano a su nieto Miguel Urdangarín. Detrás llegaba doña Sofía, con falda rematada con pedrería y en pico.
A continuación lo hicieron la infanta Elena (camisa roja de manga corta) y Jaime de Marichalar (camisa de estilo ibicenco) con sus hijos, Victoria y Froilán, y segundos más tarde, la infanta Cristina (de camisa negra) con su marido y sus hijos Juan Valentín y Pablo Nicolás (la pequeña Irene, de casi tres meses de edad, se había quedado en casa).
Al inicio de la cena se pudo ver a Felipe Juan Froilán como enfadado, lo que hizo que sus abuelos le preguntaran qué le pasaba. Pero el enfado se le pasó de inmediato.