Primer viaje de la princesa Masako tras veinte meses de depresión

La mujer del heredero al trono japonés reanudó sus tareas oficiales durante una visita a la Expo Universal de Aichi

Por hola.com

Después de veinte meses de retiro, la princesa Masako de Japón reanudó el miércoles sus funciones oficiales para visitar la Expo Universal de Aichi, que tiene lugar a doscientos cincuenta kilómetros al suroeste de la capital nipona.

Masako y su marido, el príncipe Naruhito, tomaron por la mañana un tren bala o ‘Shinkansen’ que les llevó hasta la estación de Nagoya, para visitar la muestra internacional de tecnología que se celebra en el centro de la provincia de Aichi.

Con chaqueta ‘beige’ y pantalones blancos y siguiendo las normas del protocolo, la esposa del heredero japonés se mostró sonriente y con un aspecto saludable a pocos pasos por detrás del Príncipe, y fue saludando amablemente a las autoridades locales que les esperaban en Nagoya. Según una fuente de la Casa Imperial, la Princesa había expresado su fuerte deseo de visitar la exposición porque su esposo detenta el cargo de presidente honorario y además se trata de un evento internacional muy importante para el país. Por precaución, la Princesa ha estado acompañada en todo momento por un grupo de enfermeras, y la misma fuente de palacio indicó que este acto no debe entenderse como una verdadera vuelta a sus tareas oficiales. ‘Todo dependerá del estado en que se encuentre’, informó la institución monárquica.

El estrés de la Princesa
Este es el primer viaje de la Princesa fuera de Tokio desde que en noviembre de 2003 asistiera a un evento deportivo para personas discapacitadas en Shizuoka, a ciento cincuenta kilómetros al suroeste de la capital japonesa. En aquel momento se sintió indispuesta, aparentemente por estrés, y se vio obligada a suspender todo compromiso oficial un mes más tarde. Los motivos de su enfermedad fueron facilitados en julio del año pasado por la Casa Imperial, que reconoció que la princesa sufría de un desorden nervioso provocado por el estrés causado por los problemas de adaptación a sus obligaciones protocolarias.