Rania de Jordania: 'Tener un bebé es un estupendo recordatorio de cuánto amor somos capaces de sentir y de dar'

Por hola.com
- ¿Cómo han reaccionado sus otro hijos a la llegada de Hashem?
- Tener un bebé es un estupendo recordatorio de cuánto amor somos capaces de sentir y de dar, y al igual que nosotros, sus hermanos están encantados y le adoran. Esta vez hice un esfuerzo consciente para recortar mis actividades y reducir mi carga de trabajo para poder disfrutar de cada etapa; estoy en un momento de mi vida en el que no doy nada por sentado. Esto significaba que podía pasar más tiempo en casa relajándome y divirtiéndome con los niños para que se sintieran muy implicados.
- ¿Cómo describiría al rey como padre?
- Mi marido, inevitablemente, tiene una agenda más ajetreada que la mía y por tanto cuando está en casa, aprovecha al máximo el tiempo de estar con los niños; es su forma de relajarse. Él es quien juega al fútbol con nuestro hijo o da saltos en la cama elástica con las niñas ¡No estoy segura de quién disfruta más! En cambio yo soy la que dice: ‘Cómete la verdura’ y ‘Hora de acostarse’, pero eso está bien, el reparto de papeles funciona bien.

La familia
- ¿Hasta qué punto es usted madre en la práctica?
- Intento ser madre en la práctica. La hora de acostarse es para mí un momento sagrado de estar con los niños y siempre intento estar allí para arroparles porque, además de ser reconfortante para ellos, es también cuando me cuentan lo que ha pasado en el colegio y qué cosas les preocupan. Para mí la familia es algo muy sagrado, por eso es un reto constante conseguir equilibrar mi trabajo y las necesidades de los niños y con el nuevo bebé este reto se ha hecho aún mayor. Pero, como a todos los padres, me preocupa no acabar de conseguir ese equilibrio. En la medida en que puedo, intento organizar las actividades oficiales en torno a los niños y limitar los periodos prolongados en los compromisos en el extranjero.
- ¿Pueden disfrutar ellos de una infancia normal?
- Hemos intentado darles una infancia tan normal como sea posible. Inevitablemente tienen que afrontar ciertas restricciones, sobre todo en los temas relacionados con la intimidad y la seguridad. Pero hacen cosas normales, como ir a jugar al parque con sus amigos, asistir a campamentos de verano, y comprar caramelos en el centro comercial, como cualquier niño. También vivimos cerca de buena parte de nuestra amplia familia y los niños ven a sus primos, tías, tíos y abuelos con regularidad. Estos fuertes lazos hacen que se sientan seguros, saben que forman parte de una sólida institución.
- ¿Le dice a su hijo mayor, Huseín, que algún día podría ser rey?
- Yo creo que decirle a un niño de la edad de Huseín que podría ser rey algún día es casi una forma de maltrato infantil porque supone poner mucha presión y expectativas cuando es tan pequeño y debería estar viviendo una vida de niño. Para mí es realmente importante que lleve una vida tan normal como sea posible y que establezca relaciones normales con gente a la que guste por sí mismo y no por lo que pueda o no llegar a ser. Mi marido es un buen ejemplo, porque no creció esperando ser rey, y eso le convirtió en una persona de verdad con quien la gente se puede identificar.