Santa Marta: la residencia de los cardenales durante el cónclave que elegirá el sucesor de Juan Pablo II

Por hola.com

Durante el cónclave, los purpurados no podrán mandar ni recibir información del exterior. Tampoco recibirán la prensa, no verán la televisión ni escucharán la radio. Sin embargo, contarán con la presencia de cocineros especiales, servicios de limpieza, confesores de varias lenguas y un servicio de médicos durante todo el día en caso de emergencia. Todos bajo autorización previa del Camarlengo.

Las condiciones del lugar han mejorado
El encierro al que se someten los cardenales durante el desarrollo del cónclave no es de reciente aparición. Ya en 1271, la indecisión de los cardenales de la época mantuvo sin Papa a la Iglesia católica durante tres años. Esta situación provocó que éstos fueran encerrados ‘con llave’ (de ahí la palabra ‘cónclave’) en un antiguo edificio, donde alimentados a base de pan y agua, se les forzó a tomar una decisión rápida.

En 1978, año en que fue elegido Papa Karol Wojtyla, las condiciones mejoraron. Sin embargo, la austeridad e incomodidades se hicieron palpables incluso, en la salud de alguno de los purpurados. Las camas debían pedirse prestadas al colegio misionero local y las lámparas daban una luz muy escasa. Los lujos eran apenas un lavabo, jabón, papel para escribir y un escritorio.

El cardenal italiano Silvio Oddi solía quejarse de las malas condiciones de los lugares donde vivía, comía y dormía durante los cónclaves. ‘Los cardenales son casi todos ancianos, están cansados y sólo había un baño para diez personas. Yo dormía cerca del baño, pero otros tenían que cruzar corredores de setenta metros. Era una humillación. Los cardenales tenían incluso que hacer sus camas’.

Ahora, 26 años después del último conclave, los Príncipes de la Iglesia volverán a reunirse, como siempre, en el recogimiento y espiritualidad de la Capilla Sixtina aunque, en esta ocasión, sus eminencias a buen seguro se verán tan reconfortados en su espíritu como en su cuerpo por las atenciones recibidas en la residencia Santa Marta.