El testamento del Papa y sus últimas voluntades

Por hola.com

El testamento de Juan Pablo II, abierto en la Congregación General de Cardenales del pasado martes, donde se decidió también que el 18 de abril se iniciará el cónclave en el que se hará [la elección del nuevo Papa], se ha hecho público. Su contenido es una meditación sobre la vida y la muerte, la fe y la humanidad y en él dice además que no deja nada material y pide que se quemen todos sus apuntes y documentos privados. El secretario particular de Juan Pablo II Estanislao Dziwisz, se lo entregó al [cardenal camarlengo] (el español Eduardo Martínez Somalo), quien tiene poderes para abrirlo, y éste lo transfirió al sustituto de la Secretaría de Estado, el argentino Leonardo Sandri, para que lo hiciera traducir, ya que está escrito en polaco.

Los quince fragmentos que conforman la última voluntad de Juan Pablo II fueron escritos en diferentes épocas -el primero de ellos lleva la fecha de 1979, sólo un año después de su elección- y las siguientes anotaciones se hicieron 1980, 1982, 1985 y 2000. En 1982 el Papa no descartó que su funeral se celebrase en Polonia, aunque posteriormente, en 1985, estableció que lo decidiese el Colegio Cardenalicio sin tener que contar con sus "compatriotas". Indicó además que quería ser enterrado bajo tierra "y no en un sarcófago" de piedra.

Uno de los fragmentos comienza con la frase "estad alerta, porque no sabéis qué día nuestro Señor vendrá". Después el Papa pide "perdón a todos" y destaca que fue la Divina Providencia la que le salvó el día del atentado de 1981 cometido por el turco Alí Agca.

Gracias también a la Divina Providencia, la Guerra Fría terminó sin el "violento conflicto nuclear". "Desde el otoño del año 1989 -fecha de la caída del Muro de Berlín- la última década del siglo pasado ha estado libre de las tensiones precedentes; lo cual no significa que no haya traído consigo nuevos problemas y dificultades", señala el Sumo Pontífice.