La duquesa de York, regresa a la casa de su madre en la Pampa Argentina

Por hola.com

Por fuera, la casa que construyeron Héctor y Susie parece una hacienda de estilo español, pero el interior está decorado como una casa de campo inglesa, con mucho «chintz» y paredes cubiertas con la madera color rojo oscuro de la región, el quebracho. Está llena de recuerdos de polo y fotos de los hijos y nietos de Susie. En el salón cuelga un retrato de Susie, obra del artista A. Vidal- Quadras.

¿Qué recuerdos le asaltan en su casa?
—Mi principal recuerdo de mamá y Héctor fue el de mi visita, cuando su tratamiento de quimioterapia en Estados Unidos no había funcionado y acabó volviendo aquí. Quería ver a sus caballos antes de morir, así que mamá, con el pelo suelto y sin montura, hizo galopar a todos los caballos a lomos de «Lightning» frente a una ventana, de modo que Héctor pudiera verlos y comprobar su estado.

¿Cómo se sienten sus hijas en «El Pucara»?
—Había traído a mis hijas pequeñas, Beatriz y Eugenia, para verle. Recuerdo que Eugenia no sabía decir Héctor, así que le llamaba Hiccup (significa hipo), y las dos lo adoraban a él y el hecho de que su abuela fuera tan feliz con un hombre tan maravilloso.
Ahora, a Beatriz le encanta jugar al polo, y espero que algún día vuelva a visitar la granja. Pasó algunos momentos felices aquí con mamá. Creo firmemente que Bea seguirá su propio camino y, decida lo que decida, lo hará bien. Si una de mis hijas viene a Argentina a estudiar español, jugar al polo y vivir el tipo de vida que yo llevé cuando dejé la escuela, no se me ocurre un lugar mejor para empezar que éste. La gente y la cultura de este país las acogerían.
También me gustaría pensar que podría pasar más tiempo aquí. Algún día podría quedarme en «El Pucara» y escribir novelas. Y también puedo dedicar más tiempo a criar caballos de polo. Sería un gran logro seguir la descendencia Barrantes. Héctor crió a «La Luna», el caballo de polo más buscado de la Historia, y también a «El Sol», dos caballos con los que tengo muchas posibilidades de criar a algunos ganadores.

¿Se siente, entonces, en este país como si fuese el suyo?
—Siento que Argentina es mi segundo hogar. Ha sido una visita fantástica. Creo que el secreto de la vida es devolver siempre. No he venido aquí sólo para ver el polo, sino para devolver algo al pueblo argentino del modo en que pueda.