La Navidad es una época de reencuentros, celebraciones, regalos y tradiciones que se repiten año tras año en las familias y que se convierten en momentos especiales. Uno de ellos es la entrega de regalos a los hijos de los empleados de palacio que la Familia Real de Mónaco hace por estas fechas. La delicada salud del príncipe Raniero le impidió asistir a las celebraciones del Día Nacional del Principado y fueron sus hijos los que le representaron en el habitual saludo desde el balcón.
Tal vez en homenaje a su padre, Alberto, Carolina y Estefanía se mostraron entonces más unidos que nunca. Una unión que han repetido ahora en la entrega de regalos, a la que asistieron los tres hermanos. Fue en 1998 cuando se tomó la última fotografía oficial de padre e hijos repartiendo presentes, ya que el empeoramiento de salud del patriarca y las diferencias entre los hermanos impidieron repetir la instantánea. También este año, Raniero ha sido el gran ausente, presente sólo en el recuerdo de sus hijos.
Una tradición comenzada por Gracia Junto a un Papa Noel de larga barba blanca e impecable traje rojo, los tres hermanos han entregado decenas de juguetes empaquetados, mientras una merienda con chocolate y galletas esperaba en la habitación contigua.
El salón de los espejos ha sido de nuevo el escenario elegido y la princesa Gracia, en un retrato de R. Cowan, está siempre presente en estas tradiciones que ella inició en 1956, cuando se convirtió en primera dama del Principado. Una de tantas costumbres navideñas que se repiten en Mónaco desde entonces, como la visita a los ancianos que pasan estas fiestas en residencias y el torneo de fútbol de Navidad. ‘Un trabajo’ que sus hijos continúan hoy día en su memoria.
