El Gran Duque de Luxemburgo disfruta de Atenas

Por hola.com

Días antes de que los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 se inicien, la capital griega comienza a recibir ilustres visitantes, ya sean deportistas de elite que buscan aclimatarse a horarios y presiones, ya sean destacados miembros del Comité Olímpico Internacional. Éste es el caso del Gran Duque de Luxemburgo. Enrique de Luxemburgo pertenece, desde 1998, al COI, después de una reconocida trayectoria por apoyar el deporte en su país. Por este motivo, se ha desplazado a Atenas, para ultimar detalles de organización y mantener reuniones con el resto de componentes del COI. Sin embargo, y a pesar de una agenda tan apretada, no le ha faltado tiempo para visitar los espacios más emblemáticos de Atenas, y poder escuchar atento las explicaciones de guías turísticas que le iban desgranando todas las curiosidades históricas de la Acrópolis.

El deporte, como bandera
De sobra es conocida la afición de Enrique de Luxemburgo por los deportes. Una afición que trata de inculcar a sus cinco hijos. El Gran Duque practica asiduamente natación, esquí, esquí náutico y tenis, entre otras disciplinas. Su mirada va más allá de lo puramente deportivo y convencional. Es un convencido del poder del deporte para lograr la integración de los más desfavorecidos. De hecho, preside la Federación deportiva de Luxemburgo para discapacitados psíquicos.

El Gran Duque en familia
Estos días de obligada presencia en Atenas, que sin duda disfrutará como cualquier aficionado a los deportes, le ha separado por unos días de su familia, a la que está tan unido. El Gran Duque y su esposa, María Teresa de Luxemburgo, han formado una familia numerosa, llena de inquietudes. Sus cinco hijos son su referencia constante. Guillermo, de veintidós años, Félix de veinte; Luis Javier, de diecisiete; Alexandra, la única niña, de trece; y el pequeño Sebastián, que cumple años el mismo día que su padre, el 16 de abril, celebró su doce aniversario.