Por primera vez, en un hecho sin precedentes la Agencia de la Casa Imperial de Japón ha reconocido la enfermedad de la princesa heredera. "Problemas como resultado de su estatus especial como princesa real, dificultades relacionadas con su embarazo y con el aborto que padeció, así como su ocupada vida, en la cual tiene dificultades para trazar una línea entre lo público y lo privado". El comunicado oficial también añade que la princesa Masako, de 40 años, "está deprimida y muestra ansiedad". Según la ancestral institución se trata de un "trastorno emocional" que le impide realizar su trabajo.
Los primeros signos de la depresión que sufre la [princesa Masako] surgieron a finales del año pasado, cuando, poco antes de su 40 cumpleaños, tuvo que ser hospitalizada por un doloroso herpes zoster, provocado por el estrés. Situación en la que han influido la rigidez protocolaria nipona, en el estilo de vida que debe llevar la princesa, -Masako se licenció en Harvard y renunció a su prometedora carrera diplomática al casarse con el Heredero en 1993- así como la presión a la que ha sido sometida para dar un hijo varón como heredero al Imperio del Crisantemo. Circunstancias que se agravaron con el nacimiento de su hija Aiko, en 2001, que trajo el debate de un cambio de la ley de sucesión que permitiera el ascenso de la mujer al trono de la monarquía más antigua del mundo.
Su salud no le permitió asistir a la boda de los Príncipes de Asturias
Su estado de salud no experimento ninguna mejoría y en abril un comunicado anunciaba la cancelación de todos los compromisos oficiales de la princesa durante dicho mes. Después de no ir con su marido, el príncipe [Naruhito], en ninguno de sus viajes desde el pasado año, sus problemas de salud volvieron a surgir cuando tampoco le acompañó en su viaje a Europa para asistir en mayo a las bodas reales de España y de Dinamarca. Sin embargo, hace poco más de un mes, el Príncipe Heredero anunciaba la mejoría de su esposa y el deseo de ella por volver a sus actividades oficiales, pero el rumor sobre el divorcio de la pareja, como solución a los problemas, no ayudó a su recuperación.
Mientras tanto, La Casa Imperial, avisa de que este tipo de enfermedades requieren tiempo y que, de momento, "la princesa está respondiendo bien al tratamiento y está mejorando".