La Reina de Inglaterra permitirá a la Duquesa de York, vivir en el castillo de Windsor

Por hola.com

Sarah Ferguson, duquesa de York, tendrá sus propias habitaciones en el nuevo hogar de su ex marido, el príncipe Andrés, la finca real del castillo de Windsor. Un impresionante gesto reconciliador por parte de Isabel II quien, sin necesidad de palabras, ha despejado todas las dudas sobre si Fergie había sido aceptada de vuelta en la familia, después de la publicación de unas imágenes en las que se les veía juntas en un partido de polo.

La Reina admira a Sarah
Separada del príncipe Andrés desde 1992 (el divorcio llegaría en 1996) la duquesa de York siempre se ha distinguido, dicen sus amigos más cercanos, por caer bien a la Reina y por haber mantenido un estrecho contacto en todo momento. "Isabel II admira la forma en la que Sarah ha trabajado duro para pagar sus deudas y opina que la duquesa es una buena madre para sus hijas".
Asimismo, Sarah ha dicho a sus amigos que está "muy contenta por contar de nuevo con el favor de la reina, y que ha aprendido de sus errores anteriores\".

La casa que le dejó su abuela, la Reina Madre, como herencia
La nueva casa, una mansión real de siete habitaciones en los terrenos del castillo de Windsor (Royal Lodge) pertenecía a la Reina madre -le fue legada por su esposo- quien dejó a su nieto, el príncipe Andrés, como heredero de la vivienda, tal y como dejó escrito en su testamento.
La mansión de estilo gótico permanecía prácticamente intacta desde la muerte del rey Jorge VI en 1952 y necesitaba una renovación de cuatro millones y medio de euros tras años de abandono. La reina madre llegó a mantener su despacho tal como su esposo lo dejó, en su honor. Necesitaba una nueva instalación eléctrica así como tuberías... y la obra ha corrido a cargo del bolsillo del duque de York.

Oficialmente, no vivirá allí
Aunque oficialmente, la duquesa de York no vivirá allí y todos los movimientos se estén llevando a cabo con el máximo secretismo, lo cierto es que sara Ferguson tendrá sus propias habitaciones junto a las de sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia.
Sarah Ferguson no cuenta sin embargo, con la aprobación de su suegro quien no ve con buenos ojos que siga pasando la mayor parte del año en Sunninghill Park, Berks, la mansión de 15 millones de euros construida tras su boda en 1986 y mucho menos que comparta el mismo techo que el príncipe Andrés.