Claus-Casimir nació cuando el luto y el dolor se había instalado, desde hacía 24 horas, en la Familia Real holandesa. Su bienvenida no fue todo lo alegre que hubiera debido ser, porque la muerte de su bisabuela, la extraordinaria princesa Juliana, había empañado de lágrimas el corazón de los suyos. Su padre, el príncipe Constantino, de riguroso luto, acudió a inscribir a su hijo en el Ayuntamiento de La Haya, con gesto circunspecto y grandes deseos de reencontrarse con su familia, en especial con su madre, la reina Beatriz, en esos momentos de dolor.
La fuerza de la vida
Sin embargo, poco a poco el dolor se fue mitigando y todos los miembros de la Casa Real se dieron cuenta de la extraordinaria fuerza de la vida, en la mirada vivaz del recién llegado: tercer nieto de la reina Beatriz y sexto en la línea de sucesión, quien ostenta desde su nacimiento, como su hermana, la pequeña Eloísa, el título de conde.
La Familia Real holandesa ha querido mostrar a los ciudadanos la alegría que sienten por esta nueva presencia en su familia. Como explicó su padre, el niño se llama Claus-Casimir, en honor al marido de la reina Beatriz, el príncipe Claus, fallecido en octubre de 2002. El nombre de Casimir proviene de una tradición de gobernadores frisios.
En las imágenes, distribuidas por diversos medios, se puede ver cómo la princesa Laurentien se encuentra totalmente rehabilitada de su parto, y cómo la pequeña Eloísa empieza a disfrutar de la presencia de un hermanito. Pero, sin duda, lo más representativo de las fotografías, sea la infinita ternura que transmite el príncipe Constantino al tomar en sus brazos a su pequeño.