Francotiradores en los tejados, helicópteros sobrevolando la catedral de la Almudena, calles cortadas y numerosos controles policiales a la entrada y salida de la capital han sido algunas de las medidas tomadas por el Gobierno para garantizar la seguridad de todos los asistentes al funeral de Estado por las víctimas del 11-M, al que asistirán personalidades procedentes de todo el mundo.
La Policía ha extremado las medidas de seguridad a lo largo del trayecto que tiene previsto recorrer el cortejo fúnebre, desde el aeropuerto de Barajas y la base militar de Torrejón de Ardoz hasta la catedral de la Almudena, así como las calles adyacentes. Del mismo modo, todos los accesos y salidas de la capital han sido reforzados con controles de policía.
El tráfico en el entorno de la Catedral de la Almudena -plaza de Oriente y calle Bailén- ha sido restringido desde primera hora de la tarde del martes hasta que concluya la ceremonia religiosa. Varios circulos de control formarán el dispositivo de seguridad: escoltas de las numerosas personalidades, policías vestidos de paisano, así como fuerzas especiales.
Concluída la solemne ceremonia, la inmensa mayoría de los mandatarios extranjeros, que han llegado hoy mismo a Madrid, regresarán a sus respectivos países.
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