Príncipe Guillermo: "La pequeña pone caritas y es un encanto"

Por hola.com

Tal y como estaba previsto, la princesa Máxima fue ingresada en la 5ª planta del hospital de Bronovo, donde fue atendida por la pediatra neonatóloga J. Kreijen-Meinesz y la ginecóloga M. Smeets. Tras ocho horas de parto natural -después de los primeros problemas de embarazo de Máxima, los rotativos holandeses barajaron la posibilidad de que la pequeña naciera por cesárea, al igual que los tres hijos de la reina Beatriz-, en el que el príncipe Guillermo participó activamente cortando el cordón umbilical, la Princesa dio a luz a una preciosa niña, de 3,310 kilos y 52 centímetros de altura. "Máxima y yo estamos orgullosos y felices de anunciar el nacimiento de una saludable niña. Aunque muchos bebés nacen cada día, nosotros creemos que ella es el bebé más precioso del mundo", anunció orgulloso el príncipe Guillermo. También estuvo presente durante el nacimiento la madre de Máxima, que el pasado día 5 salió de compras con la Princesa en la que fue su última aparición pública antes de dar a luz, aunque no su padre, Jorge Zorreguieta, que acababa de regresar a casa.

"La Reina está como loca"
No se hicieron esperar las primeras visitas a la princesa Máxima y a la recién nacida. Poco después del nacimiento de la princesa Catharina-Amalia, la reina Beatriz, acompañada por el príncipe Johan Friso y su prometida, Mabel Wisse Smit, que como anunciábamos estos días mantiene una magnífica amistad con la princesa Máxima, llegaban en coche al hospital de Bronovo. Los ciudadanos holandeses, congregados en la inmediaciones de la clínica, recibieron entre gritos de alegría y felicitaciones a la soberana holandesa, a la que aclamaban como Oma! (Oma es abuela). La Reina correspondió saludando sonriente, como lo haría una abuela satisfecha y feliz. "La reina Beatriz está loca de contenta y da gracias a Dios porque la niña está sana", comentó al respecto el Príncipe heredero. También el príncipe Guillermo Alejandro estaba rebosante de felicidad. Alrededor de las 18:15 horas, se asomó a la ventana de la habitación saludando a sus conciudadanos, mientras éstos vitoreaban a la [Familia Real Holandesa] con un "¡Vivan los Orange!".

Posteriormente, Guillermo de Holanda presentaba a su hija a las puertas del hospital: "Es la hija más linda del mundo, tiene mucho pelo y los espectadores mismos deben evaluar a quién se parece. Espero que en la medida de lo posible tenga una infancia y una juventud tranquila. Y que los medios de comunicación encuentren difícil seguirla". La princesa Máxima y su hija pasaron la noche en su casa de Wassenar, tras abandonar el hospital el mismo día del alumbramiento.