Viajes y visitas de Estado por medio mundo han sido las principales ocupaciones durante esta semana de las Familias Reales europeas. Desde Málaga pasando por París, Roma y Moscú hasta Nueva Delhi los soberanos del viejo continente se han convertido en embajadores de excepción de los países a los que representan.
Después de la histórica y colorista visita que realizaron los Reyes de España a Siria, don Juan Carlos y la [reina Sofía] se embarcaron en el Juan Sebastián Elcano, para conmemorar el 75º aniversario de la primera singladura que realizó el abuelo del Rey, Alfonso XIII, en este barco, y pusieron rumbo a Málaga, donde inauguraron el nuevo Museo Picasso. El que había sido, desde siempre, el gran sueño del pintor.
Fueron recibidos en el puerto de la ciudad con 21 salvas en su honor, tras lo cual, y después de haberse cambiado previamente de ropa, Sus Majestades se dirigieron al museo. La galería, situada en el Palacio de los Duques de Buenavista (declarado monumento nacional en 1939) en el casco antiguo, alberga 204 obras procedentes de las colecciones privadas de Christine y Bernard Ruiz-Picasso, nuera y nieto del artista.
El rey Alberto II y la reina Paola de Bélgica fueron acogidos con todos los honores en Francia, en la que constituyó su primera visita de Estado al país galo. A continuación del desfile de bienvenida de la guardia oficial de la República, al son de los himnos nacionales de ambos países (la Bragançonne y la Marsellesa), los soberanos belgas se embarcaron en un helicóptero que les trasladó a la explanada de los Inválidos y que les permitió disfrutar de unas vistas incomparables de París, además de ahorrarse los atascos.
Poco después, y precedidos por la escolta a caballo de la guardia republicana, los Reyes de Bélgica llegaron al palacio presidencial francés, el Elysée. Como manda la tradición francesa, primero fue recibido el rey Alberto II por el presidente Jacques Chirac y posteriormente la reina Paola, por la Primera Dama francesa. Durante su estancia en la capital parisina, los soberanos permanecieron en el hotel Marigny, donde habitualmente se hospedan los Jefes de Estado que visitan el país, situado en frente del Elysée.
