Si los Reyes de España eligieron el Elcano para viajar hasta Málaga, los Príncipes herederos de Noruega, Haakon y [Mette-Marit], optaron por el tren la Flecha roja, el primer ferrocarril de lujo ruso, para trasladarse desde San Petersburgo a Moscú durante su visita oficial al país del este.
Durante su estancia, visitaron entre otros monumentos y puntos de interés históricos: el palacio de Jekaterina, en Pusjkin (San Petersburgo), en donde los Príncipes noruegos quedaron especialmente impresionados por la belleza de la Cámara del Ámbar, también llamada "la octava maravilla del mundo". Un mosaico de medio millón de piedras de ámbar, de diversos colores, desde un dorado claro hasta un rojo oscuro, brillan a la luz de las lámparas dando la sensación de estar encerrado dentro de un pequeño joyero. Los paneles de ámbar se extienden a través de un muro de ocho metros de alto.
Una carta familiar
Ya en Moscú, tras haber dejado flores en la tumba del soldado desconocido, junto a los muros del Kremlim en la capital rusa, el [príncipe Haakon] aprovechó el aniversario de la liberación de Kirkenes para reunirse con cinco de los veteranos de guerra rusos, que participaron en la liberación de Finnmark. A continuación, el Príncipe visitó al viceprimer ministro de Rusia, Vladimir Jakovlev; junto a la [princesa Mette-Marit] realizó después una visita de cortesía al viceministro de cultura, Denis Molchanov, y, finalmente, participó en un almuerzo de trabajo con motivo de la reunión de la comisión noruego-rusa, donde el ministro de industria noruego, Ansgar Gabrielsen, fue el anfitrión.
Uno de los momentos más emotivos para el príncipe Haakon durante este viaje tuvo lugar cuando le mostraron una de las últimas cartas que escribió el zar Nicolás II mientras seguía gobernando Rusia. La carta con fecha del 25 de febrero de 1917, sólo dos semanas antes de que el último Zar se viera forzado a abdicar, estaba dirigida a su primo, el bisabuelo de Haakon de Noruega. El zar firmaba la carta, en inglés, como "tu querido primo y amigo Nicky".
Con la sombra de la preocupación en la cara, mostrando claramente el esfuerzo que le supone superar el azote de Paul Burell al entorno de la Familia Real -especialmente en todo lo concerniente a su relación con Camilla Parker-Bowles y a su posible boda con ella- con su [polémico libro acerca de Diana], llegó el [príncipe Carlos] a la India.
Un Príncipe fatigado y pesaroso aterrizó el pasado martes en el aeropuerto de Nueva Delhi, en claro contraste con la visita que realizara junto a la princesa Diana hace 11 años. En esta ocasión, durante su estancia en la antigua colonia inglesa, en la que visitará los estados de Jaipur, Jodhpur y Mumbai, el príncipe Carlos se entrevistó durante 40 minutos con el presidente indio Abdul Kalam, en el magnífico palacio Rashtrapati Bhavan.
