El 12 de octubre de 1928 acudió al Monasterio y Santuario de Santa María de Guadalupe nada menos que el mismo rey Alfonso XIII para declarar a la Virgen de Guadalupe Reina de las Españas. 75 años después de aquel emotivo acto, la reina doña Sofía, elegantísima con un sobrio traje color crudo, acompañada en todo momento por el presidente de la Junta de Extremadura, don Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y por el padre guardián del Monasterio de Guadalupe, fray Guillermo Cerrato, ha presidido los actos conmemorativos del 75 aniversario de esta coronación. La Reina ha visitado el Real Monasterio y Santuario de Santa María de Guadalupe, declarado monumento histórico-artístico. En 1908 el monasterio permanecía medio abandonado y fue precisamente el rey Alfonso XIII quien, por Real Orden, quien hizo entrega del santuario a los franciscanos.
Leyendas en torno a la Virgen de Guadalupe
La talla original, labrada en madera de cedro y policromada, tiene una agitada historia no exenta de misterios. Al parecer, la escultura estuvo enterrada durante más de seis siglos junto al río Guadalupe (que significa "río escondido"). Fue un pastor, de nombre Gil Cordero, quien aseguró que la virgen se le había aparecido e indicado dónde estaba enterrada su imagen. No le creyeron hasta que un hijo fallecido resucitó, según cuenta la leyenda, al invocar a la Virgen. Entonces, procedieron a excavar en el lugar indicado y hallaron la imagen. Se construyó un santuario que en 1389 pasó a convertirse en un monasterio de los monjes de la orden de San Jerónimo. A pesar de la devoción popular, el monasterio sufrió un evidente estado de deterioro que no se solucionó hasta la intervención real, de Alfonso XIII, en 1908. En ese momento se nombró a la virgen Patrona de Extremadura y veinte años más tarde Reina de las Españas.