Confesiones de la Reina Noor de Jordania en su casa de Londres

Por hola.com

La casa donde aprendió a nadar había pertenecido a Angela Lansbury (con sus naranjos, limoneros y buganvillas, su planta preferida); estudió en Chapin (la misma escuela a la que asistió Jackie Kennedy); junto a otras jóvenes americanas, fue aceptada como alumna de Princeton después de que, en 222 años de historia, ni una sola mujer pisara sus aulas. (Universidad en la que, por cierto, se graduaría en Arquitectura en 1974)…

En plena Guerra de Vietnam trabajó limpiando en un hotel, como camarera en una pizzería, y como recadera para ganarse la vida a pesar de la posición económica de su familia... Quería redefinir sus prioridades y los valores de la sociedad en la que vivía… [Harrison Ford] y su ex esposa, Melissa Mathison, habían sido vecinos suyos en la calle de Wyoming; trataba a María Shriver (la esposa de [Arnold Schwarzenegger]), había conocido a la emperatriz Farah Palahvi en Irán, cuando fue contratada como asistente de planificación para levantar un auténtico sueño urbanístico (la ciudad del Sha Pahlavi, que había de ser uno de los mayores espacios públicos abiertos del mundo); y mil detalles más hasta que, un día, como si todas estas experiencias no le hubieran puesto en guardia a la hora de preguntarse ¿a qué estoy destinada?, sobrevoló Jordania y tuvo, dice, "una sensación de paz casi mística"...

Las huellas de 10.000 años de historia salieron a su paso, también las del desierto; la llamada de los muecines a las primeras oraciones de la mañana... y la sangre de sus ancestros (presente en su apellido árabe Halaby) que empezaron a clamar por su tierra, tal y como había predicho un iraní, después de leer los posos de su taza de café: "Regresarás a Arabia y te casarás con un hombre de alta cuna; un aristócrata de la tierra de tus ancestros".

Han pasado 25 años desde entonces (más de cuatro ya desde la muerte de su esposo, el rey Hussein de Jordania), un suspiro, sin embargo, para esta reina viuda que hoy recibe a la revista ¡Hola! en su casa de Knightsbridge (Londres). En una sala, en la que se respira hogar, y en la que la voz de la Reina queda atrapada por el murmullo de una fuente árabe nada más empezar a contar ésta cómo dejó de ser Lisa Halaby para convertirse en "Noor", la luz de Hussein, así como todos los pormenores de una aventura que, por excepcional, ha querido regalar al mundo a través de su libro: "Memorias de una vida inesperada".

En honor a su marido
La reina Noor ha convertido en historia sus memorias y sus 25 años de amor y lucha al lado del Soberano Jordano... Una obra escrita en honor a la dura batalla que su marido lideró a favor de la paz hasta su último aliento pero, también, una valiosa guía para todos aquellos que quieran obtener un retrato más equilibrado y realista sobre los conflictos de Oriente Próximo. Un libro, por otra parte, en el que hechos históricos, acontecimientos políticos de enorme envergadura y sentimientos personales se entremezclan a lo largo de esas 500 páginas que han sido escritas, con sencillez y a conciencia, para que la humanidad pueda comprenderlas.

"Nunca pensé que escribiría este libro y, desde luego, suponía que de hacerlo, sería más adelante. Pero, en cierto modo, me convencieron para que lo hiciera después de la muerte de mi marido. Pensé que estas memorias podrían ser un vehículo para continuar lo que había sido un esfuerzo de 21 años como mujer del rey Hussein a la hora de promover el entendimiento entre el mundo árabe y el occidental y, en especial, las relaciones entre árabes y estadounidenses".