Sólo faltaba el Rey, el príncipe Felipe y Miguel Urdangarín, el hijo pequeño de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín. Todos los demás embarcaron en El Fortuna para surcar aguas mediterráneas hasta Cabrera. Les acompañaban Olympia, Constantino y Aquileas, hijos de Pablo y Marie Chantall. La pareja y sus hijos están pasando unos días inolvidables en Marivent junto a la Familia Real española. Los excursionistas llegaron en una zodiac a una pequeña cala en la que se iba a proceder a un acontecimiento único: la suelta de dos tortugas a las aguas.
La emoción de los más pequeños
Jaume Matas, presidente del Gobierno balear, se encargó de explicar a los visitantes todas las vicisitudes de estas tortugas en vías de extinción, conocidas como bobas. Los dos ejemplares, devueltos a las aguas baleares, fueron rescatados por biólogos de la fundación Marineland cuando estaban a punto de morir por la ingestión de plásticos y anzuelos de pesca.
La [infanta Elena], junto a Jaume Matas, fueron los encargados de soltar las tortugas. Pero antes, los nietos de los Reyes, en especial Felipe de Marichalar, el mayor de los hijos de la infanta Elena, y Pablo, el segundo de la [infanta Cristina], se dedicaron a tocar el caparazón de las tortugas y, sobre todo, a formular preguntas. Juan, hijo mayor de los duques de Palma, tenía una duda que le inquietaba. Su padre, Iñaki Urdangarín, estaba allí para tranquilizar al pequeño. El niño quería saber cómo encontrarían su casa las tortugas. El Duque de Palma le aseguró al niño que no tenía por qué preocuparse: "Las mamás les están esperando muy cerca".
Después de una jornada inolvidable -no había manera de hacer salir a los niños del agua-, la Familia Real regresó a El Fortuna para encontrarse con el Rey. Seguro que sus nietos tenían mucho que contarle...