Simeón de Bulgaria: "Estoy muy emocionado, pero no voy a llorar"

Por hola.com

La princesa Kalina de Bulgaria y su futuro esposo, Kitín Muñoz, celebraron ayer por la noche en la sala Bulgaria, del hotel Samoko una gran fiesta en honor a sus invitados.
La cena-cóctel de despedida de solteros comenzó a las nueve de la noche hora búlgara (8:00, en España), poco tiempo después de que los invitados llegaran a Bórovets, (la ciudad donde se va a celebrara el matrimonio), a bordo de los cuatro autobuses que les trasladaron desde el aeropuerto de Sofía hasta estas maravillosas y apartadas montañas.

Vestida de negro
Los Reyes de Bulgaria y su hija, la princesa Kalina, fueron extremadamente puntuales y nada más llegar, antes de recibir a sus familiares y amigos, posaron para fotógrafos y cámaras de televisión de todo el mundo. La Princesa, vestida de negro de pies a cabeza con un abrigo con chorreras en el pecho y en las mangas (las manos cubiertas por unos guantes negros), no quiso decir nada de su vestido de novia "porque es una sorpresa". Tampoco su padre, que confesó:"Ni yo lo he visto". Kalina llevaba el pelo recogido en un moño y mostraba un aspecto diferente... Dicen que porque se ha operado la nariz, pero este dato no se ha podido confirmar. De hecho, su hermano Kardan, casado con Carla Royo- Villanova, dijo que él "como médico de la familia lo hubiera sabido".
Minutos más tarde, con el pelo más corto y un traje con chaleco y corbata (una imagen muy inusual en el aventurero) llegó el novio, Kitin Muñoz, quien se limitó tan sólo a sonreír.

Los Reyes lo supervisaron todo
Todo estaba perfecto, hasta el último detalle. No en vano, los Reyes de Bulgaria visitaron por la mañana las dependencias del hotel para hablar con el cocinero, Danail Danailov, (el mismo para todos los eventos), que sirvió durante la cena: jamón del país, carne picada y aguardiente, entre otros; y para supervisar adornos florales, colocación de invitados, etc.
Durante esta visita fue cuando la Reina dijo que Kalina estaba "bien, tranquila y en casa" y, también, cuando el Rey se pronunció abiertamente diciendo que "no quiero que la boda de mi hija se convierta en un Show de Hollywood. El soberano por último, añadió que estaba emocionado y muy feliz, "aunque no pienso llorar".