La música sudamericana llenó el sábado por la noche el solemne salón de baile del palacio y los cuartetos de cuerda de antaño dejaron paso a un grupo de salsa y a un diskjockey. Máxima y Guillermo celebraron su último fin de semana como solteros a ritmo latino tal y como estaba previsto, que por algo, la futura Reina de Holanda ha sentenciado: "Soy una bailona y no voy a cambiar".
La ciudad en miniatura Acudieron a la Haya decenas de familiares y amigos para disfrutar durante dos días de esta fiesta privada. El sábado por la tarde, el príncipe Guillermo y la Reina Beatriz recibieron a los invitados en Madurodam, una ciudad en miniatura, -con la réplica de los edificios más representativos de todo el país- donde éstos hicieron entrega a los novios de un antiquísimo biombo. Tres horas después, partieron todos ellos, bajo enormes paraguas, hacia la fiesta en el palacio Noordeinde. Algunos invitados como la princesa Laurentien, que está embarazada, y la antigua novia del Príncipe, Emily Bremers, en su propio vehículo. La mayoría, sin embargo, en autobús.
Hasta el amanecer De lo que sucedió en el interior del palacio no ha trascendido ninguna información hasta el momento, aunque se sabe que bailaron hasta bien entrada la noche, los familiares y amigos y que a éstos se unieron los miembros del personal de la casa real.
Cena del Gobierno Más delgada, con un precioso vestido de encaje negro evasèe, un broche a menudo usado por la Reina Beatriz - un signo de complicidad entre ellas- y el pelo recogido en un sencillísimo moño, Máxima Zorreguieta y su prometido presidieron, también durante el pasado fin de semana, la cena de honor que los miembros del Gobierno quisieron rendirles antes de su inminente boda, a celebrar el próximo día 2 de febrero.
Puesta prenupcial El Gobierno en pleno, los Presidentes de las Antillas, la reina Beatriz, sus hijos, Johan Friso y Constantino -asistió con su esposa la princesa Laurentine, que está embarazada-, arroparon a la pareja en una primera puesta prenupcial celebrada en el edificio Ridderzaal, en la Haya. Con la celebración de estos dos actos -fiesta íntima y la cena del Gobierno- podría decirse que la semana de la gran Boda real ha quedado inaugurada.
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