Conquista París

Por hola.com

Carlota de Mónaco ha conquistado parís de la mano de su madre, la princesa Carolina... De la misma manera en la que lo hiciera en el pasado ésta con el arrope de la princesa Grace.

Cita en el Salón del Caballo
Apasionadas ambas de todo lo que concierne al mundo de la hípica, acudieron juntas a la gran cita del Salón del caballo, celebrada en París.La princesa de Hannover y su hija, Carlota Casiraghi, asistieron a las pruebas de saltos disputadas, así como a la inauguración de la exposición que ha tenido lugar en la Puerta de Versalles.

Finalizado el concurso hípico del Salón del Caballo, Carlota entregó un premio a los jinetes del Horse Wood Millenium Marionnaud, el equipo del que es madrina.

Joyas Princesa Grace
La hija mayor de Carolina no tuvo casi descanso durante los días que permaneció en París. Así, y como antesala de la Navidad, asistió junto a su madre, su hermano Andrea, su padrastro, Ernesto de Hannover, y el gran amigo de la familia, Karl Lagerfeld, a la inauguración de la exposición de la colección de joyas, Princesa Grace, diseñadas por Mikimoto.

Carlota y la animadora de la fiesta
Una presentación que fue celebrada por todo lo alto con la actuación musical de Dorothy Umu Koro. Cantante -la princesa Carolina trató con familiaridad- que, durante una de sus interpretaciones- se acercó a la princesa amazona para pedirle que cantara con ella. Carlota correspondió a su invitación y, con un gesto de naturalidad y sencillez, se unió al sonido de la canción bailando y tarareando la letra entre risas.

Carolina siempre cerca
La princesa Carolina sabe por experiencia propia cuáles son los peligros que entraña la edad en la que se encuentra Carlota y, también, lo poco recomendable que puede resultar el ambiente que se respira en determinadas zonas de Mónaco o París. Por ello, y a sabiendas de que existe todo un mundo, entre Saint-Remy, en la Provenza francesa - o los castillos de Averbach y el de Marienbourg (Austria), propiedad de Ernesto de Hannover- ... la Princesa real de Hannover retoma los sabios consejos que su madre le diera y educa a Carlota para que ésta pueda tomar las riendas de un destino excepcional equivocándose lo menos posible.