Masako, la princesa prudente

Por hola.com

Nada hacía preveer que Masako Owada, una brillante diplomática con formación occidental, contraería matrimonio con el príncipe Naruhito, heredero al trono de Japón.

Sin embargo, ella estaba llamada a ser reina. Desde que la princesa Masako se casara en 1993 con el príncipe Naruhito por el rito sintoísta, todo Japón tiene puestas sus esperanzas en ella. Y es que, después de ocho años de matrimonio, la princesa ha acabado con el problema sucesorio del Trono del Crisantemo -el más antiguo del mundo-, gracias a su embarazo. Las normas de la Casa Imperial establecen que el heredero tiene que ser varón por lo que si el bebé que espera la princesa Masako es un niño, la sucesión dinástica está garantizada y se convertiría en el primer varón que naciera en la Familia Imperial japonesa en más de tres décadas. Aunque, si fuera niña, se podría reformar la ley sucesoria tal y como ya ha propuesto el primer ministro Junichiro Koizumi.

Masako, que siempre ha destacado por ser una mujer prudente y responsable, no quiere que la fatalidad trunque las expectativas que tanta gente tiene puestas en ella y, pese a tratarse de una mujer del siglo XXI y con una formación occidental, ha realizado un ancestral ritual japonés, denominado fuku-tai, para asegurar el bienestar de su bebé.