La concentración es un pilar básico para asegurar un buen rendimiento académico en niños y adolescentes y, como sabemos, la falta de ella suele ir vinculada al fracaso escolar. Por eso es fundamental trabajarla con nuestros hijos desde muy corta edad y, aunque esa falta de concentración no tiene por qué ser indicativo de un trastorno de TDAH o déficit de atención, progenitores y profesores deben volcarse con aquellos pequeños a los que les resulte particularmente difícil quedarse un rato quietos centrándose en una única actividad.
Hay que ser muy consciente, eso sí, del tiempo que un niño o niña puede permanecer concentrado en una única tarea según su edad. Por ejemplo, si tiene entre 2 y 3 años, lo normal es que le cueste mucho estar más de siete u ocho minutos concentrado y, si tiene entre 3 y 4 años, podría aguantar hasta 10 minutos. Después, la media se irá incrementando unos 5 minutos cada año. Exigirle más sería contraproducente; no estaría preparado para ello y le acabaría produciendo rechazo la actividad que le proponemos. Por eso, teniendo muy en cuenta el momento evolutivo en el que se encuentre, proponemos los siguientes juegos para incentivar su concentración: