Cuando se trata deelegir el colegio para nuestros hijos, algunos padres deciden priorizar aquellos centros que aplican la pedagogía del Método Montessori. Sin embargo, no hay que olvidarse de que lo que comienza en la escuela acaba en el propio hogar, otro de los lugares principales de la vida del niño, por lo que aunar bajo la misma filosofía ambos espacios puede ser muy interesante. Incluso, si no has elegido este tipo de educación infantil, adaptar la habitación de tus hijos pequeños a ellas puede ser una buena idea, por lo menos, para que tengan cierto contacto con una metodología que trata de conseguir un entorno a su altura y capacidades.
La decoración estilo Montessori tiene una estética muy marcada y con un objetivo claro: estimular y fomentar tanto la autonomía como el desarrollo de los niños. Para ello, son los muebles los que se adaptan, por ejemplo, a la altura de los más pequeños. De esta forma, ellos van adquiriendo habilidades en casa, pero también se responsabilizan de algunas tareas y consiguen más confianza.
“Un ambiente preparado, ordenado y estético, donde cada mueble hace que los niños se desarrollen respetando su ritmo y viviendo sus propias experiencias en un espacio seguro que promueve la independencia del niño en la exploración y el proceso de aprendizaje”. Así nos explica Ana Belén Fernández Blanco, psicomotricista y experta en el desarrollo infantil y atención temprana, que ha trabajado con ROS para la creación de su última colección de mobiliario, como se define este tipo de espacios. Por tanto, si quieres conseguir una habitación para que tus hijos tengan libertad de movimiento y puedan tomar decisiones que les ayude a trabajar sus necesidades evolutivas, tienes que proporcionarles una habitación Montessori. Pero, ¿qué debe tener?
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